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Tierra de nadie

alberto Núñez Seoane

Mierda y poesía

"Yo quiero ser llorando el hortelano / de la tierra que ocupas y estercolas / compañero del alma, tan temprano…"

Miguel Hernández, uno, si no el más, de los más sublimes poetas en lengua española. Tan puro, tan delicado, ¡tan poeta!… que casi da recelo leer, una y otra vez, sus versos, no vaya que se fuesen a gastar…

"… Un manotazo duro, un golpe helado, / un hachazo invisible y homicida, / un empujón brutal te ha derribado…"

Andrés Bódalo -lástima de apellido, que al escucharlo hoy, nos haga pensar en este cenutrio en lugar de en el gran actor que fue D. José Bódalo-, un delincuente juzgado y condenado por agredir a las indefensas empleadas de un supermercado -muy valiente él- que no secundaron la huelga impuesta por el maromo en cuestión y sus secuaces -¿esto no es machismo agresivo, violencia de género… nada que decir al respecto…?-; condenado también por agredir a un policía, y por apalear -con la ayuda de otros dos energúmenos- a un concejal socialista del Ayuntamiento de Jódar, en la provincia de Jaén.

"… No hay extensión más grande que mi herida, / lloro mi desventura y sus conjuntos / y siento más tu muerte que mi vida…"

Teresa Rodríguez -eurodiputada y secretaria general de Podemos en Andalucía-, infausta protagonista de éste, mi artículo de hoy: "¿Saben a quién me recuerda hoy Miguel Hernández? A Andrés Bódalo", 'Teresita' 'dixit'.

"… Temprano levantó la muerte el vuelo, / temprano madrugó la madrugada, / temprano estás rodando por el suelo…"

La 'chavita' -así se llama en México a las jovencitas-, y 'chavista' -así se llama en España a los demagogos populistas-, profesora, que fue ella, de lengua castellana en un instituto de enseñanza secundaria de Puerto Real, no ha tenido otra ocurrencia que comparar al pedazo de carne con patas, que es el delincuente Bódalo, con la excelencia hecha poesía, la exaltación de una madurez expresiva sin parangón, con quien supo plasmar el sentimiento del alma en un verso: Miguel Hernández.

"… No perdono a la muerte enamorada, / no perdono a la vida desatenta, / no perdono a la tierra ni a la nada…"

'Bódalo', el agresor de empleadas y concejales que no piensan como él -¿en verdad sujetos como éste pueden pensar?-, con menos agallas que un chanquete, cobarde apaleador cuando la masa le ampara; es muestra de actitud despreciable, ejemplo de a lo que nunca se debe llegar, de lo que no se puede uno siquiera plantear por "defender" sus ideas.

"… Quiero escarbar la tierra con los dientes, / quiero apartar la tierra parte a parte, / a dentelladas secas y calientes…"

'Teresita' raya lo innombrable, cae en lo soez, se pringa de incalificable grosería cuando, fiel a la 'filosofía' de la formación en la que milita, induce -sólo pensarlo da escalofríos- a poner en la misma balda de la estantería lo abyecto y la excelencia.

"… Volverás a mi huerto y a mi higuera: / por los altos andamios de mis flores / pajareará tu alma colmenera / de angelicales ceras y labores. / Volverás al arrullo de las rejas / de los enamorados labradores."

No encuentro calificativos para semejante desatino: ¿disparate, calumnia, insulto, despropósito, vejación, estupidez, bajeza, majadería, blasfemia, desvarío, simpleza, injuria, aberración, imbecilidad…? Los círculos, 'chavita', no se pueden cuadrar...

"… A las aladas almas de las rosas… / de almendro de nata te requiero, / que tenemos que hablar de muchas cosas, / compañero del alma, compañero."

Los versos intercalados en este artículo son fragmentos de la 'Elegía a Ramón Sijé', escrita en enero de 1936, por el inigualable poeta de Orihuela a raíz de la muerte de su amigo. Ya me dicen ustedes si, mientras D. Miguel se remueve en su tumba, atisban algún vestigio que pueda inducir a dar sentido al penúltimo de los exabruptos que tendremos que escuchar en este tiempo de vinagre y cardos.

… Ni se puede 'cuadrar' mierda con Poesía.

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