Conforme las grabaciones de Villarejo se van dosificando la posición de la ministra de Justicia se va haciendo más insostenible. Desde inconveniencias hasta los detalles más sórdidos sobre relaciones de jueces y fiscales con menores y el montaje de una red de prostitución para chantajear a empresarios y políticos obteniendo así lo que el ex comisario llama con elegante feminismo "información vaginal". ¿Qué comentario -según las grabaciones- mereció este sucio asunto por parte de Delgado: "¡Éxito asegurado!". El procedimiento por el que las grabaciones se han obtenido, el individuo que lo ha hecho y el uso que de ellas hace son lo que son. Nauseabundo todo. Pero las palabras pronunciadas por Villarejo sin suscitar ninguna reacción de la entonces fiscal o dichas por ella también son lo que son. Y transmiten una imagen poco tranquilizadora de máxima responsable de Justicia que, además, ha mentido al afirmar que no había mantenido ninguna relación con Villarejo.

Este nuevo escándalo ha tenido de malo para el PSOE y Sánchez sumarse a los muchos que han ido salpicando el breve mandato de Sánchez ocasionando -de momento- la dimisión de dos ministros en 100 días. Y ha tenido de bueno para ambos que ha hecho olvidar los presuntos plagios de Sánchez en su tesis doctoral y su libro. Un clavo saca otro clavo y un escándalo hace olvidar, siquiera de momento, otro escándalo. Pero recuerden al PP: también unos engordan a otros hasta formar la bola que se llevó a Rajoy por delante. Y la bola no deja de crecer.

Ahora le toca al silente y desaparecido astronauta que tan ingrávido papel ha hecho durante los escándalos de las tesis y los másteres que afectaban de lleno a su ministerio. Se trata de la compra y gestión posterior de un chalé de lujo en Jávea y una vivienda en una zona residencial de Madrid a través una sociedad patrimonial. En una nerviosa comparecencia ha afirmado: "Yo entiendo que no se elude ningún impuesto, hemos presentado declaraciones y hemos pagado todo". Ya se verá. El problema es que podrían volverse contra él las palabras de Sánchez comprometiéndose con sus votantes y los españoles todos a echar ipso facto a todo responsable político que cree sociedades interpuestas para eludir impuestos. Claro que si las cosas se ponen feas para Duque siempre puede usar el comodín que exhibió ante Ana Pastor: "yo soy el presidente del Gobierno y haré lo que quiera en la Cámara".