HABLANDO EN EL DESIERTO

Francisco Bejarano

Niños robados

De un tiempo a esta parte se viene oyendo la novedad de los niños robados. En España, donde todas las madres son santas y todos los niños sagrados, parece inverosímil un tráfico del que nunca habíamos oído hablar, ni sotto voce. El sistema parece ser el siguiente: a unos padres y a sus familiares, supuestamente muy pobres e ignorantes, se les dice en el hospital que el hijo que esperaban ha nacido muerto y se le ha enterrado en fosa común sin permiso de ellos, o bien se les muestra el cadáver de un recién nacido y los padres lo reconocen como hijo propio con resignación. Nadie hacía preguntas por temor al franquismo. Pasado el tiempo empiezan a sospechar que el niño pudo haber nacido vivo y dado en adopción a un matrimonio pudiente, previo pago sustancioso a un médico, a una monja y a un funcionario del registro, como mínimo, aunque para determinados delitos hagan falta más de tres personas. En fin.

En todas partes y en todas las épocas ha habido, y habrá, infames y desaprensivos, y se acababa por saber aunque no aparecieran en los periódicos. Delante de los niños no se hablaba de ciertos asuntos, pero cuando fuimos creciendo nos enteramos de que jovencitas embarazadas, presionadas por sus padres y desaparecidas durante una larga temporada, daban sus hijos en adopción. En algún caso lo supimos porque su madre buscó más tarde a su hijo sin ocultaciones. Esto no era propio del franquismo ni de España. Hay una insufrible película, Secretos y mentiras, sobre una hija negra en la búsqueda de su madre blanca. También hemos sabido del tráfico de niños huérfanos de la última, que será penúltima, guerra de los Balcanes, llevados a otros países con papeles falsos de adopción para trasplantes de órganos. Otra película más soportable que la anterior, de la que no recordamos el título, nos lo cuenta.

Los ingredientes para una película de miedo, subvencionada por el ministerio de Cultura y la Memoria Histórica, realizada por un adepto al neosocialismo no pueden ser mejores: funcionarios venales, médicos malvados, monjas perversas, franquistas amorales, hospitales siniestros, morgues sórdidas, niños muertos comprados, niños vivos vendidos, madres sin consuelo, padres paralizados por el terror… Demasiado para ser creíble, aunque tendremos que esperar el resultado de las investigaciones de la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares y las conclusiones a las que llegue. Nunca oímos hablar de nada igual ni parecido, ni se palpaba en el ambiente, o quien escribe fue demasiado afortunado. Si nos ponemos cínicos, pensamos en el dicho antiguo empleado por Franco a la muerte de Carrero Blanco: "No hay mal que por bien no venga." Los niños robados a padres pobres e ignorantes, sin ver un duro, y educados en familias ricas, habrán tenido mejor destino del que les esperaba.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios