Oferentes de empleo

NO comparto el escándalo que ha producido esta frase que se non è vera, é ben trovata. Me parece un hallazgo, propio de quien es capaz de idear nuevas recetas para viejos problemas. Porque es lugar común ya el que todos, y más los jóvenes, deben ser emprendedores. Emprendedores como actitud vital y no sólo como portadores de la vocación de constituir una empresa convencional. Ser emprendedor es tener iniciativa. En el mundo económico tanto lo es quien acopia capital y recursos humanos para producir bienes y servicios, es decir, da origen a una empresa; como quien genera su propio empleo de autónomo o… quien gestiona activamente su empleabilidad para lograr un trabajo por cuenta ajena en un entorno competitivo.

Hoy no tiene buen futuro quien no cuida sus conocimientos y sus destrezas, poniéndolos al día, reciclándolos y, muy importante, adecuándolos a lo que el mercado demanda. Puede sonar mal a oídos exquisitos, pero la economía global, basada en el conocimiento, las nuevas tecnologías y altamente competitiva, responde mejor a quien se prepara y ofrece su valía, que a quien espera pasivamente que vengan a buscarle.

La anunciada reforma del Servicio Andaluz de Empleo se encamina a mejorar la empleabilidad mediante la formación a lo largo de toda la vida profesional, la búsqueda de nuevos yacimientos de empleo y una intermediación rápida y eficaz. Eso es lo que corresponde hacer a los poderes públicos: facilitar las circunstancias. La creación de riqueza es tarea de las empresas. La empleabilidad, su mejora y la búsqueda de la oportunidad de mercado para que sea utilizada, creo que es obligación de cada uno: es a quien más le conviene mirar por ella, a quien cree que su trabajo puede interesar a alguien.

Escándalo farisaico e incoherente es el que han sufrido quienes creen que hablar de oferentes de empleo es algo malo o peyorativo. Creo que es liberador, emancipador del ciudadano que quiere trabajar, el que se preocupe y ocupe proactivamente de adecuar sus capacidades y ofrecerlas a quien las pueda necesitar. Significa animar a ponerse en las mejores condiciones para lograr un empleo. Cuando todos alaban la actitud emprendedora, no tiene sentido que se critique tenerla para mejorar y competir. De hecho, muchas universidades preparan a sus alumnos además de con la transmisión de conocimientos, con cursos sobre destreza en presentar sus candidaturas, para que sepan enfatizar sus cualidades y convenzan a la empresa que busca profesionales de que precisamente ellos son los que les conviene contratar. O sea, los adiestran para que sean buenos oferentes de empleo.

Lo dicho: se non è vero, é ben trovato.