El PP recupera la Diputación

El PP tiene la responsabilidad de que no le vuelva a ocurrir como la otra vez en la Diputación: fue un espejismo

Han pasado ocho años desde que el PP perdió la presidencia de la Diputación de Cádiz. En todo el periodo democrático, siempre ha gobernado el PSOE la Diputación gaditana, excepto los cuatro años comprendidos entre 2011 y 2015, cuando estuvo José Loaiza como presidente. En las elecciones generales y autonómicas, unas veces ha ganado el PSOE y otras el PP en la provincia de Cádiz. Pero en la Diputación sólo aquella vez pudieron gobernar los populares. Y en esta ocasión no se olvide que van a gobernar con el apoyo de los independentistas de La Línea de la Concepción, que podían dar el poder a unos o a otros, y han preferido el cambio, viéndolas venir.

Ya nadie dice que hay que suprimir las diputaciones. Fue una ocurrencia que lanzaron los de Ciudadanos, cuando Albert Rivera se hizo famoso. En aquellos años, algunos también pedían la devolución de las competencias de sanidad y educación para el gobierno central. Como ahora plantean los de Vox. Otra ocurrencia, porque no las administra la Junta por un gracioso regalo, sino porque está fijado en el Estatuto y es constitucional.

Ya nadie pide que eliminen las diputaciones. Los partidos valoran su utilidad. Y no lo digo por los sueldos que pueden ganar los militantes. Desde que el PSOE perdió la Alcaldía de Cádiz, con la salida de Carlos Díaz y la llegada de Teófila Martínez, la Diputación permitió un contrapoder para el socialismo local, que la utilizó en la capital para cubrir carencias. Por ejemplo, en la política cultural, que fue buena y coherente. A Carlos Edmundo de Ory lo promocionó Rafael Román y después le creó una fundación Teófila Martínez. La rivalidad era provechosa. Aunque unos se aprovecharon y otros no.

Cádiz es una provincia rara. La presidenta, Almudena Martínez, es de Jerez. Pero la Diputación tiene cinco vicepresidentes. Por lo común, con uno o dos va que chuta. Habrá vicepresidentes de Cádiz, de Algeciras, de El Puerto, de La Línea…

Una Diputación que funciona bastante bien y no ha cambiado es la de Sevilla, gobernada por el PSOE. Allí ha estado Fernando Rodríguez Villalobos durante 18 años de presidente, hasta que le hicieron la cruz porque era uno de los mentores de Susana Díaz y no se pasó al sanchismo. Ha funcionado bien porque se han dedicado a cuidar el progreso de los pueblos, sobre todo de los pequeños municipios. Sin descuidar a la capital tampoco, pero ayudando donde los ayuntamientos no llegan.

El PP tiene la responsabilidad de que no le vuelva a ocurrir como la otra vez: fue un espejismo. La gestión marcará este nuevo periodo.

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