Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez, 1979: Choquet, Esteban Viaña, Manolo Benítez, Falconetti y Nadiuska
ÉSTE es un término muy español para describir la particular relación que los nacidos en esta tierra tienen con lo público. La pólvora del Rey pasaba de mano en mano para cualquier fin, ya fuera defender la tierra conquistada por los Tercios de Flandes o para venderla al enemigo, el mismo que podría matarte con ella. Algo parecido a esa pólvora real sucede hoy en día con el vandalismo. Hay rutas que conectan las zonas de ocio juveniles que pueden ser fácilmente identificables un domingo por la mañana por los destrozos que hay en las mismas -señales tiradas por el suelo, farolas apedreadas o bancos destrozados- tras un sábado de juerga. Este despropósito vital demuestra una falta de empatía absoluta del joven ciudadano con la colectividad, con la comunidad que diría un estadounidense. Ya sabemos que esos sonrojantes actos vandálicos serán pagados con el dinero de todos -incluido el de los propios autores- pero cabría empezar a pensar en las razones que motivan comportamientos tan viles y sin sentido como los descritos.
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