ESTE recorrido por la arquitectura doméstica vinculada a los Ponce de León tiene su última parada en la Cruz Vieja. Una tercera rama de la familia, la de los Marqueses del Castillo del Valle de Sidueña, tuvo su vivienda aquí. Como sus parientes de la casa de la calle San Blas, sus dueños fueron descendientes de Eutropio Ponce de León.

Y como ocurrió con los dos edificios comentados semanas atrás, este tampoco fue levantado por este linaje, sino que pasó a formar parte de sus posesiones a partir del enlace de un caballero de este apellido con una dama de la nobleza jerezana. Fue en 1646 cuando Juan Lorenzo de Fuentes la construye, colocando el escudo de los Lorenzo en la fachada y escalera principales.

Su única hija, Luisa Leonor Lorenzo de Fuentes, contrae matrimonio en 1652 con Francisco Ponce de León y Trujillo, al que ya conocemos, porque años más tarde obtendría la propiedad del referido palacio del barrio de San Mateo. De esta unión nació Mariana Ponce de León, cuyos descendientes acabarán alcanzando el Marquesado del Castillo y heredarán un vínculo donde se integró el inmueble de la Cruz Vieja.

La que podría calificarse como la muestra más relevante de casa jerezana del siglo XVII ha sido atribuida al gran arquitecto local de entonces, Antón Martín Calafate. Un maestro que, al final de su carrera, avanza hacia formas más barrocas, ostensibles en los balcones o la bóveda de la escalera. Pero no menos sugestivo resulta comprobar cómo esta construcción se integra junto al número 15 de la ahora calle Ramón de Cala en un conjunto unitario, que con mucha seguridad formó parte de un proyecto urbanístico ideado por el mismo tracista. Por ello mismo, sólo puede calificarse de desdichada la degradación con la que ambas nos han llegado, con actuaciones que no han sabido apreciar su indudable valor patrimonial.

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