Marco Antonio Velo
Jerez: Pablo Ruiz, con Boox y voto en el marketing digital
Por montera
Imagínense el impacto que deben haber sufrido mas de mil madres y padres al enterarse de que su hijo o hija ha estado metida en un grupo de WhatsApp en el que se le acribillaba con imágenes pornográficas. La investigación corre, ahora, a cargo de la Ertzaintza, que está estudiando si los chats con porno duro están creados por inteligencia artificial. Quien vio las imágenes confiesa que llegó hasta a vomitar. Esto debería ser considerado un delito de alto grado.
El hecho de exponer a una criatura de esas edades tempranas a la pornografía a través de las redes sociales puede tener consecuencias profundas y muy negativas en el desarrollo de los niños. Por eso, y ahora que se debate en Andalucía el control de los teléfonos móviles en las aulas, es esencial dar un enfoque multidimensional que involucre a padres, educadores, plataformas online y reguladores para proteger a los jóvenes.
Las escuelas también tienen un rol crucial al educar sobre la alfabetización mediática y digital. Hay que incluir en la enseñanza escolar habilidades para que los pequeños aprendan a discernir entre el contenido adecuado y el inapropiado para ayudarles a desarrollar la compresión más crítica y saludable de lo que ven en las redes. Y es porque la pornografía a esas edades puede distorsionar la percepción de la sexualidad y de las relaciones. Los niños pueden malinterpretar las interacciones humanas, creando expectativas poco realistas sobre la intimidad. Esto puede afectar negativamente su salud mental. Puede llevarles también a que tengan una comprensión distorsionada de las dinámicas de poder y consentimiento en las relaciones. Las plataformas de redes sociales y las autoridades pertinentes deben asumir la responsabilidad de implementar medidas más estrictas para prevenir el acceso de menores a contenido pornográfico. Esto incluye herramientas de control parental efectivas, algoritmos de detección de contenido inapropiado y políticas más estrictas de restricción de edad para el acceso a ciertos tipos de contenido. Porque no olvidemos que todas esas criaturas que están siendo cuidadosamente educadas tienen una puerta abierta por donde les invaden estos peligros que afectan al buen desarrollo del cerebro de los niños. Esta avalancha de efectos secundarios es lo que hay detrás de un grupo de WhatsApp con contenidos de pornografía dura , no vayamos a creernos , ni esos padres a quienes ahora les toca ver los efectos reales que han podido padecer sus hijos víctimas de semejante delirio y delito.
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