La Crestería

Manuel Sotelino

Pregón muy de Iglesia

Antes de ponerme a escribir la crónica de lo que estoy convencido que será un gran pregón, y según lo ha desgranado el propio Francisco Zurita, este será un pregón muy evangélico. Muy doctrinal. Ya se sabe que los pregones se clasifican en tres tipos cuando se trata de catalogarlos una vez declamados: Un pregón muy jerezano, un pregón para leer y un pregón muy de hombre de Iglesia. El pregonero ya se nos ha adelantado y le ha puesto el nombre: “Un pregón donde narraré la Pasión del Señor”.

Y no es mala la idea de Paco. En absoluto. Es necesario, entre dimisiones, tensiones, nervios, protagonismos y envidias malsanas, que una voz resuene y nos ponga de cara a Cristo. Eso es, ni más ni menos, lo que pretende el bueno de Paco Zurita.

Estoy convencido de que lo logrará sobradamente. Paco es un jerezano muy vitalista y muy metódico. Sabe un rato de poesía, le gusta la escritura, es amigo de sus amigos y hasta va a clases de piano porque comenzó de forma autodidacta y ahora ya se sabe… los vicios hay que corregirlos y tiene un profesor que lo tiene a raya.

Pero sobre todo, Paco es buena persona. Por tanto, lo que predique hoy en el Villamarta, lo hará con el ejemplo. Jamás le he escuchado una mala palabra de nadie. Y motivos ha tenido en alguna de nuestras conversaciones. Siempre saca la parte positiva. Siempre está sonriente. Así que Paco Zurita, hombre culto y con ideas propias, sabrá domeñar la dura embestida de la oscuridad del Villamarta.

Ahora, pregonero, a ponernos a todos de cara a Cristo. Aparte de rencillas y de otras malas hierbas, de lo que se trata es de eso. Si no, como diría San Pablo en su epístola, vana es nuestra fe.

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