Los inconvenientes tienen un lado positivo, pues fomentan ejercicios de superación personal. La vida es un reto constante, un problema que, lejos de resolverse definitivamente, va complicándose cada vez más. En eso consiste nuestro tránsito existencial, un permanente camina o revienta que define a los supervivientes: rebeldes frente a la adversidad. Caer y levantarse, enfermar y reponerse, dudar y convencerse, ignorar y descubrir. Nunca hay que darse por vencido, jamás. 

Los conflictos generan oportunidades, nos ponen a prueba y despiertan la inventiva, reactivando el amor propio. Toda complejidad es una ocasión para reivindicarnos, ofreciendo soluciones que parecían inverosímiles. No hay laberinto sin salida, toda noche da paso a la luz del día. No existe dolor eterno, ni caminos interminables, siempre llegamos a un destino. Busca y encuentra, medita y resuelve, aspira y logra. La impotencia o frustración son síntomas inequívocos de lucha o desgaste, que debemos afrontar como señales de alarma, pero nunca como sentencias definitivas. Revertir las desgracias hacia la esperanza, es un ejercicio de autoestima, de negación a un mal mayor. Porque admitir las dificultades, es el principio de la solución. Todo ataque recibido genera mecanismos de autodefensa y debemos ponerlos en práctica, nunca ceder ante el adversario. Por el contrario, hay que mirarlo de frente y buscar sus debilidades, que las tiene, seguro. 

En los momentos difíciles, tendemos a caer rendidos. Pero, por muy abatidos que estemos, hasta el cansancio más extremo generará sueños reparadores, despertando instintos innatos de liberación. Nunca dejaremos de sorprendernos con lo que mente y cuerpo pueden dar de sí, porque en el fondo y la forma, somos rebeldes buscando causas (constitucionales) que nos justifiquen…

(*) Jesús Benítez, periodista y escritor, fue Editor Jefe del Diario Marca y, durante más de una década, siguió todos los grandes premios del Mundial de Motociclismo. A comienzos de los 90, ejerció varios años como Jefe de Prensa del Circuito de Jerez.

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