Retraso escolar: motivos y soluciones

Es impresionante el porcentaje: casi uno de cada tres alumnos sufre fracaso escolar. ¿Podemos prevenirlo, detectarlo y subsanarlo? El fracaso escolar suele producirse por un retraso del lenguaje, de la lecto-escritura, una falta de comprensión de conceptos básicos, dificultad para el estudio, etc., que a su vez son producidos por otros motivos. Suele darse en niños con un cociente intelectual normal o bajo y pueden influir aspectos familiares, ambientales y/o provenientes del mismo niño.

Las causas familiares más comunes suelen ser familias desestructuradas, estrés o el poco tiempo que los padres dedican a sus hijos. En los aspectos ambientales encontramos la sobrepoblación de niños en las aulas, que impiden un seguimientos exhaustivo. Y por último, los problemas provenientes del niño pueden ser múltiples: deficiencia visual, auditiva, física, psíquica, psicológica. Las personas responsables de la detección del problema son padres, profesores y pediatras. El profesor debe detectar anomalías (si las hay) en el aprendizaje, y redactar un informe detallado delimitando el problema en cuestión. Los padres, por su parte, deben hacer uso de todos los medios sanitarios a su alcance para conseguir un diagnóstico detallado. Primero, debemos acudir al pediatra de nuestro hijo, explicarle la situación, y él nos orientará sobre qué caminos seguir, indicándonos a qué profesionales acudir.

Como logopeda, deseo haceros llegar algunas recomendaciones para prevenir y detectar el fracaso escolar en casa. Quiero puntualizar la importancia de una vida ordenada en cuanto a alimentación, descanso e higiene. No menos importante es cuidar el aspecto psicológico de nuestros hijos, sacando tiempo para conversar con ellos, aconsejándoles, conocer sus vivencias, sus amistades. La clave está en la comunicación, debemos aprender a escuchar, a motivar. Ellos quieren saber que les apoyamos, sea lo que fuere lo que les ocurra, estaremos juntos, trabajando, alcanzando metas. Una pregunta: ¿Le has dicho últimamente a tu hijo "te quiero", "hagamos un puzzle" o "ven, siéntate aquí y charlemos un rato"?