Manuel Fernández García-Figueras
Sherryzanías
Aestas alturas de la película, ya no hay sorpresas en el Xerez. Una cosa es que no se sepa quién es el dueño del club y otra que no se conozca de qué va cada uno. Por eso en la reunión mantenida el lunes por Francisco Javier López Ballesteros y Rafael Mateos con Gorosito, todos quedaron retratados, y no sólo me refiero a las esclarecedoras fotos publicadas por este periódico.
Hace semanas Morales se reunía con la Fundación y se hablaba de venta de acciones y de cesión de la gestión de club. Ahora la realidad es que el nazareno lo que pretende es iniciar un nuevo proyecto y ya no se acuerda de esos xerecistas a los que llegó a ilusionar. Aunque esto no es óbice para que, a la vez, esté ofreciendo el club al mejor postor. Retratado.
Y López Ballesteros y Rafael Mateos no le van a la zaga. El consejero delegado llegó a decir en su momento que apostaba por la continuidad de Vicente Moreno y de Emilio Viqueira y ahora resulta que anda reuniéndose con otro para ofrecerle las parcelas de ambos. Poco amigo de exponerse en público, cada vez que ha tenido que aclarar cosas que interesaban al xerecismo, ha terminado reculando. Retratado.
El presidente del club, por su parte, mientras que por un lado acude a los entrenamientos para mostrar su apoyo a Moreno y al equipo, después se presta a este tipo de operaciones, con la consiguiente indignación del entrenador valenciano. Desde hace tiempo, el jerezano juega a varias bandas y aunque no se puede dudar de su xerecismo, también ha quedado retratado.
Ahora tendrá que ser la justicia la que dictamine si ellos terminan controlando el club y si esta gestión con Gorosito termina siendo fructífera. Mientras tanto, los periodistas debemos dedicarnos a informar al xerecismo, con la ayuda de López Ballesteros y de Mateos o sin ella. Eso es lo de menos.
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