Sebastián López

SEBASTIÁN López Cortés podría ser cualquier ciydadano de Jerez, uno de los muchos que, día a día, hacen grande a la ciudad a pesar de los que mal la gobiernan. Pero no, Sebastián López Cortés no es un ciudadano cualquiera; ni es anónimo ni es desconocido ni pasa desapercibido. Sebastián López Cortés es Chano, el policía local, amigo de todos, cercano a todos, querido por todos.

A Chano lo hemos visto muchísimos años en la puerta del Ayuntamiento, hablando con todos, informando a todos, ayudando a todos. Conozco a Chano hace ya mucho tiempo y jamás lo he visto sin su sempiterna sonrisa. Chano ya se ha jubilado. Ha dejado de estar en la puerta del Ayuntamiento ejerciendo de policía eficiente. A partir de ahora lo veremos reír con sus amigos que es tanto como decir con medio Jerez. Lo veremos sentado en el Barragán o corriendo con muchos amigos si la maldita rodilla se lo permite. A veces me pregunto si Chano, como él dice, hace tantos kilómetros corriendo; porque Chano corre saludando y hablando con la gente que se encuentra, con todo el mundo. Chano nació en la calle El Sol y vive en Mariñíguez.

Es Jerez puro. De la Yedra, con número bajito de muchas madrugadas en blanco y verde - ¡ay el blanco y verde! – En el año 2002, cuando aquello de los Juegos Ecuestres, Chano inauguró el acontecimiento. Sí, porque Chano fue el primero en entrar, a caballo, en el Estadio. Era el abanderado, como el mejor, como el más grande. Podría haber ido, desde ahí, a la eternidad; pero Chano, ya, era eterno para medio Jerez y casi, también, para el otro. Fue futbolista – y es de equipo equivocado - y fue atleta en las competiciones internacionales de la Policía. Por eso Chano es, en Amsterdam, tan conocido como en Jerez. Chano, también, es medio canario por su mujer Candy – María Candelaria; no podía llamarse de otra manera -. Chano, joven madurez donde la haya, tiene pinta de actor caro de Hollywood. Lo seguiremos teniendo cerca, riendo con todos, haciendo feliz a todos. Por siempre, amigo Chano. Has hecho feliz a muchos; ahora vive feliz tú con los tuyos. Te lo mereces.