La Soleá de Jerez ( viii )

MARÍA de las Mercedes Fernández Vargas, conocida artísticamente como Merced La Serneta, nació en Jerez de la Frontera el 19 de marzo de 1840, siendo bautizada tres días después en la Iglesia de San Miguel, de acuerdo con la partida de bautismo presentada por el profesor y flamencólogo Daniel Pineda Novo. Falleció en Utrera el 18 de julio de 1912. Vaya por delante que a esta insigne cantaora jerezana, mayoritariamente reconocida como la más importante de su época y con una extraordinaria influencia en los más importantes cantaores como veremos, no se le ha asignado su creación cantaora para la escuela jerezana, sino que sus estilos y variantes de la soleá, -nada menos que siete- son considerados y adjudicados por el mundo del flamenco a la vecina población, preciosa, por otra parte, de Utrera. Y esto es así porque La Serneta vivió una parte significativa de su vida, obviamente de su madurez, en la citada población sevillana. Algunos investigadores y flamencólogos, caso de Manuel Ríos Ruiz y Juan de la Plata, señalan que la cantaora se instaló en Utrera a la edad de 23 años, mientras que José Manuel Martín -Barbadillo, considerado en la actualidad como el mayor experto en genealogía flamenca, considera que vivió en Jerez hasta los 40 años aproximadamente. Para realizar tal consideración, aporta los documentos que demuestran que la familia compuesta por Salvador Fernández Acosta, su mujer, María del Rosario Vargas Ximénez y su hija, María de las Mercedes, vivieron en la ciudad de Jerez de la Frontera en los siguientes domicilios y años que se indican: años 1840 y 41: calle Don Juan. Año 1842: calle Ruiz López. Años 1843 al 52: calle Gitanos. Años 1853 al 59: calle Don Juan. Año 1860: calle Marqués de Cádiz, 17. Año 1861: calle Marqués de Cádiz, 19. Año 1862: calle Marqués de Cádiz, 17. Años 1863 al 75: calle Marqués de Cádiz, 19. (en 1872 muere la madre de la Serneta). Años 1876 al 81: calle Marqués de Cádiz, 12. En cualquier caso, esta verdadera incongruencia de considerar las soleares de la Serneta pertenecientes a la zona cantaora de Utrera, solo es explicable desde la tradicional desidia jerezana para tantas cosas y, de otra parte, por la falta de estudios serios y adecuados en aquella etapa del flamenco, arte no siempre bien visto por amplias capas sociales de la época, y que no cambia de manera radical hasta que Antonio Mairena lo introduce en la Universidad de Sevilla en los años 60 del pasado siglo. Si la Serneta hubiese nacido en Sevilla estoy absolutamente convencido que bajo ningún concepto se hubiesen considerado soleares de Utrera. Y es que esta adjudicación no es un asunto trivial. Algunos datos para valorar la importancia de estos estilos: D. Antonio Chacón, que tenía un repertorio verdaderamente selectivo, grabó en total 10 soleares. En 9 ocasiones fueron estilos de la Serneta. Manuel Torre, de sus 22 soleares grabadas, 5 corresponden al citado estilo y El Borrico lo grabó en 4 ocasiones.