CATAVINO DE PAPEL

Manuel Ríos Ruiz

La Suma Flamenca y los cantes olvidados

15 de mayo 2009 - 01:00

CON el patrocinio de la Comunidad de Madrid, la Suma Flamenca, en su tercera edición, es un festival que abarca un gran número de escenarios de la capital y de otras localidades madrileñas, para ofrecer a la afición una programación compuesta por sesenta y siete representaciones, en las que se han convocado a figuras consagradas como José Mercé y a grupos como Las Migas, con la idea de aportar una muestra de todas las tendencias existentes en el actual panorama del género.

Lla actividad de Suma Flamenca tiene duración hasta veinte de junio. Ha comenzado con la Semana Flamenca de Alcobendas, en la que actuaron triunfalmente los jerezanos El Torta, El Nano y Fernando de la Morena. Y en la capital con una cita en memoria de un cabal que se llamó Miguel Candela, amigo y admirador de los artistas participantes, desarrollándose en el Teatro del Canal un espectáculo flamenco a la antigua usanza, con un cartel repleto de nombres carteleros, que fueron apareciendo en escena a lo largo de tres horas y media. Lógicamente, todos se lucieron, pero cabe hacer una distinción: Enrique Morente. El cantaor granadino, con la guitarra de Habichuela El Nieto, afrontó las soleares con el alma misma y su cante por soleares resultó solemne por lo sentido y lo magistral, con al añadido de un gran acierto en la selección de coplas dada la ocasión, un homenaje al amigo desaparecido, entre ellas la antiquísima que dice: "Las campanas redoblaron,/ las sepulturas se abrieron,/ los muertos resucitaron". Conmovió al público que le rindió una cerrada y larga ovación.

Y también en cuanto al cante, por cantes básicos demostró su maestría Carmen Linares, junto a la guitarra de Paco Cortés. Talegón de Córdoba, puso de relieve sus cantes festeros. Antonio Carbonell, interpretó letras de siguiriyas en aires de bulerías. Pintigo entonó canciones y bulerías con pataíta. Finalmente, Miguel Poveda se fajó por cantiñas. En lo concerniente al baile, La Tati, con el cante de José Jiménez, dejó patente su personalidad por tangos. El Güito entusiasmó a los asistentes con sus peculiares maneras por bulerías. Manolete bordó las alegrias, un ejemplo del estilo para los anales. Joaquín Grilo ofreció su chispeante jerezanía buleaera. Y las guitarras: Pepe Habichuela y Josemi, Jerónimo y Leo de Aurora, dialogando magistrales, El Paquete, Montoyita, Alfredo Lagos…. Todos los tocaores estuvieron a la altura de los ases. Y con ellos las singulares formas flamencas de Antonio Carmona, Tomasito y El Pollito de California. Sin olvidar a los cantantes Javier Ruibal y Raúl Alcobenda, que completaron un programa tan variado como interesante, aunque pese a la cantidad de intérpretes en la velada, echamos en falta la caña, el polo, la petenera, la taranta, la cartagenera, la liviana, la guajira, la malagueña, la granaína, el tanguillo, los diversos fandangos y otros estilos tradicionales, porque algunos están cayendo en desuso lamentablemente. Hay que tratar de recuperarlos. A ver si a lo largo de la Suma Flamenca reaparecen.

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