NO PUEDO menos que preguntarme qué extrañas razones llevan a los gaditanos, con su alcaldesa al frente, a solicitar que el aeropuerto de Jerez pase a llamarse aeropuerto de "Cádiz-Jerez". Me sorprende que no hagan lo mismo con la estación de trenes o con la de autobuses. Y eso que la primera fue diseñada nada menos que por Gustav Eiffel y la otra, aunque un poco chafada, es una instalación de estreno. Pero no, no es así: sobre esas dos estaciones los gaditanos no tienen reclamación territorial alguna. Este giro de Teófila hacia lo 'abertzale' es, cuando menos, llamativo. Pero debería ir mucho más lejos la montañesa y no cortarse a la hora de reclamar que todo hotel de playa bañado por la Bahía (de Cádiz) llevara el referido sobrenombre, al igual que el queso de Villaluenga, el bienmesabe de La Isla, las mantas de Grazalema o la desembocadura del 'Cadizquivir'. ¡Dios Santo, pero qué malos son los temporales de levante y las 'volaeras'!
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