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J. M. Marqués Perales

jmmarques@diariodecadiz.com

Vivan las 'caenas'

No sólo es Rusia, casi todos los países con combustibles fósiles son un riesgo: Argelia, Venezuela y los del Pérsico

La necesidad y la virtud están confluyendo en ese punto mágico, donde coinciden lo bueno y lo mejor, lo urgente y conveniente. La dependencia de la Unión Europea del gas ruso nos ha mostrado de modo muy claro algo que viene de tan lejos como de la década de los años setenta del siglo pasado, y es que los combustibles fósiles provienen de países complicados porque sus déficits democráticos, cuando no la ausencia total de libertades, los convierten en suministradores muy arriesgado.

Ha quedado revelada la negligencia alemana, que durante los últimos años ha estado invirtiendo en infraestructuras que agravaban su dependencia de Rusia.

Vivan las caenas que les ataba al Kremlin, eso es lo que han venido gritando el alemán Gerhad Schroeder y el francés François Fillon, ambos ex presidentes de gobiernos a sueldo de las grandes energéticas y químicas rusas. En menor medida, Angela Merkel, cuyos mandatos sirvieron para detener la construcción de puertos gasísticos y su interconexión entre países, como Francia y España.

Pero no es sólo Rusia. España compra gas a Argelia, que es otro Estado poco democrático. Argel no ha dudado en cerrar el grifo a Marruecos en su disputa local, con lo que ha disminuido la sección que llega a nuestro país, pero, en especial, ha creado un problema social y económica en el reino alauí que está pasando despercibido por la invasión de Ucrania.

La cadena que nos liga a los países de los combustibles fósiles es peligrosa. Piensen en Venezuela, en Libia o en Irán, pero también a todas las monarquías del Golfo Pérsico.

La necesidad es que hay que desvincularse de estos estados, porque su riesgo democrático es tal que Occidente se ha visto obligado en varias ocasiones a salir en defensa de regímenes, cuanto menos, dictatoriales. La virtud es la mejora medioambiental que esta independencia conlleva. España carece de los combustibles fósiles, pero su potencial fotovoltáico es enorme. Tanto que el país podría abstecerse mediante energías alternativas en su mayor parte, siempre que hubiera un sólido respaldo de otra generación eléctrica más estable. Y ésa es la nuclear. La macedonia de tipos de generación es un concepto que debe calar: un poco de nuclear, pero suficiente -más de lo que ahora tenemos-, algo de eólica, hidroeléctrica e hidrógeno verde, lo que vaya quedando de gas y mucho sol. Sobre todo sol. Piensen en Ucrania cada vez que le moleste esas plaquitas solares de los campos.

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