Vox y voto

La llamada extrema derecha crece cada vez más en respuesta a las políticas social-comunistas

Sin duda alguna el creciente estrés ante las elecciones andaluzas delata la tirante situación política que se vive en España. Nuestras elecciones se están convirtiendo en una respuesta a la gestión política del presidente Sánchez que desde que metió en la lavadora toda la ropa que había tendida, se mezcló con todos los colores haciendo insoportable para la vista el traje que le adorna. Él pretendería irse a Europa, como presidente, por no querer responsabilizarse, en las próximas elecciones nacionales, de la debacle que se le presume. La llamada extrema derecha crece cada día más, como la espuma que desborda la lavadora, en respuesta para detener las políticas social-comunistas de un país que se está llenando de grietas y que, sobre ellas, emergen muros entre autonomías donde ya no las había. Vox crece como contestación radical a la descomposición de instituciones y aumento de fuerzas, comunistas, separatistas y filo etarras. Ha sucedido en otros países del resto de Europa donde los populismos son crecientes frente a otras políticas de izquierda radicales. Mientras, el PP de Juanma Moreno, opta por centrarse en dar a la comunidad el siguiente empujón para ser potencia internacional. Es el turno para Andalucía y, sólo los andaluces, han de decidir qué futuro desean para sí mismos. Para hacer crecer sus empresas, negocios, educación, sanidad, proyectos, mejorar sus empleos, su calidad de vida. Poder convertir a esta preciosa y rica tierra en una región competitiva a nivel internacional. Es la oportunidad de quedarse en casa, tirado en la playa, o ir de feria, o levantarse temprano dejar una papeleta dentro de la urna con su voto que contribuye a decidir qué Andalucía queremos y que queremos decirle a cada político que nos representa. Miles de andaluces están resentidos con el PSOE, el partido que gobernó durante 37 años y que dio un estilo de vida y una imagen pública llena perjudiciales estereotipos que tanto han dañado a una comunidad trabajadora y con deseo de crecimiento. La ideología no es un órgano más de nuestro cuerpo. El voto no es nuestro ADN. El voto es una valoración racional al trabajo y comportamiento de los políticos que deben ejercer para y por nosotros. Los andaluces tienen la responsabilidad de pensar y hacer justicia con ellos mismos. Dar la oportunidad de que el PSOE de los ERE pida perdón, reconozca sus condenas, la traición a su pueblo que pretendían se lo perdonase, a ellos sí, todo. Pues no, los políticos no están para robar, están para construir pueblos, ciudades, comunidades países. En ellos ponemos el futuro de nuestras vidas y de nuestra tierra.

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