Quizás
Mikel Lejarza
Sancho Panza en ‘El Hormiguero’
Opinión
EL día 9 del venidero mes de marzo van a cumplirse los XXV años de que la peña flamenca “La Soleá”, de Palma del Río (Córdoba), tributara un gran homenaje a José Mercé, dedicándole su XVI Semana Cultural Flamenca, para cuyo ofrecimiento público la citada entidad tuvo la deferencia de invitarme, misión que lógicamente acepté y agradecí con sumo gusto al tratarse del gran cantaor santiaguero. Fue recibido con una prolongada ovación por los muchos aficionados –peñistas y amigos-, presentes en el amplio local de la entidad anfitriona. Ahora, cuando estamos a las puertas de cumplirse un cuarto de siglo de una noche absolutamente memorable, recuerdo algunos de los momentos vividos en unión y compaña de José y su esposa, así como de diversos amigos personales llegados para la ocasión.
La reseña de lo que quise exponer aquella noche se centró lógicamente en la personalidad de José Mercé –le recuerdo ahora cuando de la mano del siempre añorado Antonio Gallardo se presentó en los estudios de Radio Popular de Jerez para, antes de emprender su aventura madrileña, dejar constancia de su paso por la emisora de la Cruz Vieja mediante una entrevista que mantuvimos en dicho encuentro.
Posiblemente la primera entrevista de su vida como profesional; por cierto que, cuando en Sevilla José Soto Soto recogió el trofeo Compás del Cante tuvo el detalle de recordar aquella vivencia radiofónica-jerezana-.
Centrándome en el acto que provoca este comentario, la XVI Semana Cultural de la peña flamenca “La Soleá” se cerraba precisamente con la gala homenaje a José Mercé de quien dije entre otras cosas: “me remonto a los albores de quien viene escribiendo no con renglones torcidos, sino plenos de rectitud, una de las más inspiradas páginas “jondas” a fuerza de constante superación, con la más absoluta rigurosidad, con amor a su trabajo, con el íntimo orgullo de ser miembro continuador de una ralea de grandes, de inmensos artistas, inscribiendo su nombre junto a aquellos que le han precedido. Él es ahora, sin ánimo de herir susceptibilidades, el primero del cartel, significando para Jerez, como ha escrito el Premio Nacional de Poesía, Manuel Ríos Ruiz, “La continuidad del milagro jondo”.
En estos y parecidos términos fue discurriendo mi intervención, como en líneas generales discurrió cuando cuatro años más tarde tuve también el privilegio de realizar idéntico cometido al hacer el ofrecimiento de la X Semana Cultural Flamenca de la peña “Miguel Vargas”, de Paradas (Sevilla), con José Mercé, una vez más como protagonista. A la peña “Miguel Vargas” de Paradas acudí por segunda vez, habiendo disertado en la primera sobre la bulería de Jerez, durante el homenaje ofrecido en aquella ocasión al entonces director de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla, Manuel Herrera Rodas.
De estas incursiones en el mundo del arte flamenco salimos contentos y felices José Mercé, Manuel Herrera Rodas, Antonio “El Pipa” -quien tomó parte en la noche buleaera de Paradas- y asimismo quien ha tratado de recuperar con estas líneas “cosas que no deben olvidarse”.
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