Tribuna Libre

Evaristo Babé

Abogado

Mi absoluto apoyo a la hostelería

LA dura e injusta factura que las medidas adoptadas por el Gobierno de España y los de las Comunidades Autónomas están haciendo pagar a la hostelería española son, sencillamente, inaceptables. Todos damos, especialmente en estos momentos, una prioridad indiscutible a la salud pública y asumimos, resignadamente, la necesidad de aceptar limitaciones de derechos que llevamos ya muchos meses soportando con el objetivo de poder evitar su descontrolada expansión. Pero eso no debe suponer que asumamos en silencio todo. No.

Reconozco la imposibilidad de callar antes las nuevas limitaciones recientemente impuestas por la Junta de Andalucía a la hostelería (bares, restaurantes, etc.) al obligarles, entre otras medidas, a cerrar sus establecimientos entre las 18:00 y las 20:00 horas. Dichas medidas se han visto agravadas aún más con el cambio de criterio respecto al que la propia Junta había aprobado apenas unos días antes, al haber anunciado el jueves pasado una nueva restricción de nuestras libertades.

Resulta que, poco después de haber impuesto la Junta a la hostelería la obligación de cerrar entre las seis y ocho de la tarde, la misma Junta ha decidido retractarse, permitir que se mantengan abiertos dichos establecimientos, pero… ¡a cambio de que no vendan bebidas con alcohol!

¿A qué viene esa discriminación? ¿En qué rigurosos y sesudos estudios están fundados? ¿Es que tomarse una copa conlleva más riesgo de contagio que tomarse en una cafetería un café y una tostada, por ejemplo?

Este nuevo cambio de criterio pone de manifiesto, una vez más, la frivolidad y falta de rigor en la toma de decisiones que viene caracterizando, lamentablemente, a muchos responsables, más bien irresponsables, públicos en estos difíciles tiempos de pandemia y que lo único que hacen es transmitir una indeseable sensación de inseguridad a ciudadanos y empresas.

Las medidas adoptadas el jueves por la Junta de Andalucía vienen a dar una nueva vuelta de tuerca y a agravar, injustamente, una situación que ya es de por si insostenible para muchos empresarios. Aparte de los perjuicios que esta medida va a causar a los consumidores, y a las propias empresas y trabajadores de la hostelería, ahora se va a penalizar también, absurdamente, a los propios proveedores de bebidas con alcohol que, no olvidemos, tienen en el Marco de Jerez una gran importancia no solo para el entorno sino para toda Andalucía y España en general.

Perjuicios que se van a causar también, naturalmente, a tantos y tantos consumidores responsables que habrían podido disfrutar estos próximos días de una copita de sobremesa o un trago largo por la tarde charlando con familiares y amigos con escrupuloso respeto a todas las medidas de seguridad habidas y por haber, y a quienes se priva de la posibilidad de hacerlo, precisamente, durante unas horas que se suelen dedicar por muchos, durante estas fechas, a la sobremesa. Que se haya establecido esta limitación en Andalucía, verdadera referencia de saber disfrutar de la vida de forma civilizada es, como dicen los británicos “to add insult to injury”.

Seamos serios. Tan rechazable es el comportamiento de los pocos irresponsables, cualquiera que sea su edad, que incumplen las medidas de prevención establecidas como los son las propias medidas que impiden a la hostelería poder servir determinados productos en una franja horaria que les permitiría amortiguar mínimamente el daño que llevan tanto tiempo sufriendo. La hostelería en general y la de Andalucía en particular ha extremado, hasta lo impensable hace tan solo unos meses, las medidas de prevención e higiene en sus establecimientos. Es injusto que se siga haciendo pagar a justos por pecadores.

Es absurdo poner tantos límites a la hostelería mientras se permite que, en determinados días y horas, se produzcan concentraciones humanas en los centros comerciales –que, aunque no los visite regularmente, me alegro mucho de que estén abiertos-, que son lugares en los que los riesgos de contagios son muy superiores a los existentes en los bares y restaurantes responsables de Andalucía. Es absurdo y es injusto que se haya impuesto esa “ley seca” que implica la prohibición de servir bebidas con alcohol en los establecimientos de hostelería entre las seis y las ocho de la tarde.

Quiero, pues, dejar constancia pública de mi total apoyo a la hostelería en una situación como la derivada de la crisis del Covid 19, al tiempo que pido públicamente también a la Junta de Andalucía que reconsidere, cuanto antes, las limitaciones establecidas que tanto daño innecesario están causando a los miles de empresarios y trabajadores responsables de nuestra región.

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