Descanso Dominical

En el aire

En contra de lo que algún necio pueda pontificar, nuestras propiedades más valiosas son intangibles"

El viernes pasado José Antonio Marcos se despidió de sus oyentes tras 26 años al frente del informativo nacional Hora 14, en la Cadena Ser: "La radio nunca defrauda". Sinceramente, me cuesta decidir en qué lado del transistor se encuentran los que están más locos por ella. Desde luego, eso sí, somos todos un atajo de chiflados, un inmenso Macondo de escuchantes y escuchados incapaces de dilucidar qué sería de nosotros sin su existencia. Y eso es mágico y extraordinario.

Empiezo a escribir esta columna y se instala caprichosamente en mi disco duro -en la caja de mi mollera, quiero decir- ese estribillo machacón, pero delicioso y malicioso al mismo tiempo, que decía "Video killed the raaadio staaar…a-wa, a-wa". Lo estoy escuchando. Una sátira, un himno sobre los que creían que la televisión, el vídeo, la imagen, se iban a merendar todo esto en un plis plas. Y ni mijita. Ni siquiera el monstruo super poderoso del internet ha podido despeinar a la vieja señora. Quizá sea porque la radio posee un componente sentimental ineludible. Los de mi generación echamos los dientes con El lorito amarillo y Antonio Rodríguez Liaño en la entonces Radio Popular de Jerez; tuvimos a la 97.8 como banda sonora original de nuestra adolescencia y primeros escarceos (casi de todo tipo); asaltamos las madrugadas con el Polvo de Estrellas de Pumares; escogimos nuestras mejores canciones de siempre en La Gramola de M-80; nos reimos hasta caernos de espaldas con Gomaespuma; y descubrimos el lado más prosaico de la vida tras el sonido del muelle (boing, boing, boing) que coronaba los separadores de aquel Hora 25 de Carlos Llamas.

La semana pasada, aquí mismo, confesé que la radio es una de las pocas certezas que llevo en mi acervo. Será porque en unos meses caerán treinta años (¿ya?) desde que empecé a jugar en un estudio entre micrófonos, jingles, sintonías, cortes, ondas hertzianas y muchos amigos. De Sur Radio -una modesta emisora vecinal en el barrio de La Granja- a Canal Sur Radio, donde no me creo que me sigan dejando soñar despierto; pasando por Radio Jerez, mi escuela en este oficio y en otras tantas cosas buenas. Y quiero seguir jugando por mucho rato. Ojalá.

En contra de lo que algún necio pueda pontificar, y tú lo sabes, nuestras propiedades más valiosas son intangibles. No podemos guardar en un baúl, en un trastero, en una bolsa de plástico, debajo del colchón o en una cámara acorazada, la lealtad, el amor o la fe. Jamás podremos calcular en una báscula cuánto pesa la amistad, la esperanza, la alegría, la ilusión. Son como las risas, las carcajadas…y la radio. Están en el aire. Y, efectivamente, nunca defraudan.

Me voy y sigue sonando aquí dentro Video killed the raadio staar, Video killed the raaadio staaar…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios