Opinión

Fran Pereira

Un aldabonazo al flamenco

El mero hecho de nominar a José Mercé como candidato para el Príncipe de Asturias de las Artes supone un aldabonazo al flamenco en una época en la que, por desgracia, no pasa por su mejor estado de salud, al menos en España. Las puñaladas a la cultura de los últimos meses no han hecho sino 'castigar' a los artistas de un gremio, al que ya de por sí la crisis había reducido sus actuaciones. De esta forma, no es de extrañar que muchos artistas busquen actualmente salida al extranjero (la mejor opción para seguir subsistiendo en medio de tal caos), el único lugar donde todavía se valora y se aprecia a este arte tan nuestro.

Que nombres como Luis María Ansón, José Manuel Caballero Bonald o el propio Vargas Llosa arropen a un artista del este género significa mucho, porque pone muy a las claras que todavía se cree en él, poniendo de manifiesto su grandeza. A veces este tipo de gestos, sinceros y que no buscan el protagonismo, se valoran más que toda aquella parafernalia montada en torno a la designación del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una creación política que desde entonces ha perjudicado más que ha beneficiado a este maravilloso arte.

Se quiera o no, José Mercé es hoy día, y pese a sus incursiones en terrenos que no gusta a los ortodoxos, uno de los referentes del cante, porque cuando el jerezano canta por derecho pocos pueden igualarle. Su dominio de los estilos es abrumador, igual que su quejío, pero lo más importante durante su impecable trayectoria ha sido su capacidad para llegar a todo tipo de públicos, calando en sus gustos sea cual sea su procedencia.

No estaría mal que recorriese el mismo camino que inició en 2004 el maestro Paco de Lucía, hasta ahora el único flamenco en recibir tal consideración en los treinta y dos años que el Premio Príncipe de Asturias de las Artes lleva otorgándose. Aún así, lo reciba o no, enhorabuena José.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios