El árbol del mes de abril

Asociación de amigos del Jerez de los Árboles

Los almeces de la plaza Plateros

Un ejemplar en la plaza Plateros. Un ejemplar en la plaza Plateros.

Un ejemplar en la plaza Plateros.

El almez (Celtis australis) es uno de los árboles más extendidos de nuestra bonita ciudad. Te encuentras con lodones, como se denomina en muchos lugares de España, en cualquier parque o calle de Jerez. Los hay a miles y seguramente elegidos por su belleza y fácil adaptación a nuestro clima (australis significa del Sur) y algunos han llegado a ser verdaderamente impresionantes.

En Jerez hay también varios ejemplares de la especie Celtis sinensis, en Plaza Aladro y en Avenida de Tío Pepe, una rareza que en su origen, China, puede alcanzar más de veinte metros de altura.

Pero hoy nos fijamos en los que perviven en la Plaza de Plateros y frente a la histórica Torre de la Atalaya o del Reloj, una auténtica reliquia del s. XV y el único monumento civil de nuestra esplendorosa arquitectura gótico-mudéjar, un arte singular nacido de la fusión de dos grandes culturas, (con incorporaciones posteriores de Renacimiento y Barroco) y que en Jerez al ser esculpido sobre piedra y no usando ladrillos, yeserías, maderas o cerámicas se convierte en una colección de edificios casi única en el mundo, aunque desgraciadamente minusvalorado por la mayoría de la población y por algunos de nuestros gestores, incapaces de vender esta riqueza, este arte tan singular y lleno de misteriosos mocárabes, inmensas bóvedas de crucería, nervadas y con dientes de diamantes.

Como cosas curiosas saber que los frutos del almez son comestibles, que en Jerez eran llamados “murtas” y se vendían como golosinas en puestos de chucherías por las calles, junto a azufaifas, majoletos o pencas de alcachofas silvestres hasta los años 50-60 del pasado siglo y que se cree que este árbol, el almez, tan mediterráneo, es el que Homero llamó “Loto”, cuyos frutos probó Odiseo en su vuelta de la guerra de Troya hasta Itaca y al parecer para “enterrar los restos del pasado vividos por los supervivientes de aquella famosa guerra”. Exactamente igual que ocurrió siglos más tarde con nuestro Guadalete, el rio del Olvido, sin vuelta atrás para los musulmanes que lo atravesaron.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios