Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez, 1979: Choquet, Esteban Viaña, Manolo Benítez, Falconetti y Nadiuska
COMO en otras muchas cosas, hay una hipertrofia considerable de la palabra "andaluz". Usada además incorrectamente: como adjetivo y no como nombre. Con lo del puente andaluz hay una sensación especial, eso de estar de descanso mientras en las otras comunidades se labora tiene su enjundia. En la comunidad con más paro, el chuleo de la respuesta a esa acusación generalizada de colgarnos el sambenito de flojos que arrastramos. Flojos, y con sentido dramatúrgico del trabajo, al estilo de Ortega y Gasset. No perdemos oportunidad de organizar puentes, ferias, veladas, procesiones, carnavales o toda suerte de saraos, y dejar el tiempo de sobra para el trabajo. Y eso es lo que les duele. De puentes largos, éste, y de andaluces resabiados los actuales. Aguantando lo que le echen y con un especial salero para sobrellevar yugos al lomo. Enfrentados ahora a Europa por la moneda única y las directivas comunitarias, a Madrid por los recortes de diferente signo político y a Cataluña por el acento andaluz, expresivo y de tronío que no es entendido. Con esta moda del andaluz fomentamos incluso esa cursilada de "lo lúdico" como imagen.
Todo lo que aparecía por debajo de Despeñaperros estaba tocado por la varita divina mucho antes de que naciera Trajano, mucho tiempo antes de que se matriculara en párvulos Blas Infante e incluso mucho antes de que algunos empezaran a pensar en lo de la autonomía. Como las buenas soleras, se consigue con tiempo y con dedicación, y a cantidad de años en su DNI a esta tierra no le gana nadie. La luz y la forma de ser gusta en medio mundo, la superación de siglos está llena de premios Nobeles de la vida, la patria verde y blanca llena más estadios que el de Lopera, surca más mares que los conquistadores y oferta andaluces por el mundo en todas las televisiones que se precien. Ahora que están de moda las dimisiones, tanto en directo con el Papa, como en diferido por el PP, a nadie con impronta de andaluz se le ocurre pensar en dimitir. Casi ná.
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