Bienteveo

Andrés Luis Cañadas

Una corona de amor para la Estrella

HOY es su día. El día grande de la Salle y también de quienes son y se sienten lasalianos; ese benemérito Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas que marcaron para siempre a centenares de miles de jerezanos, dejando huella en nuestra ciudad, por los siglos de los siglos, aunque algunos tal vez por sectarismo traten de ignorarlo y por si poco fuera nos dejaron en la Porvera; en pleno corazón de Jerez; un faro de luz celestial que alumbra nuestras vidas; Virgen y Madre de la Estrella…

Como vivo testimonio de esa impagable tarea evangelizadora y docente, San José, Buen Pastor y Mundo Nuevo son en nuestro pueblo obligadas referencias de tantas vidas, de tantas conciencias, que sería imposible entender Jerez sin mencionar y valorar lo que a lo largo de más de un siglo nos dejaron los Hermanos del Babero a los que la ciudad unión para siempre a su propia historia.

Y en este año, por el otoño, por si algo faltaba, la Iglesia coronará canónicamente, por el empeño y el tesón de su Hermandad por conseguirlo, la bellísima imagen de la Virgen de la Estrella, ante la que apenas hace unos días ha acudido a postrarse la Academia de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras, atendiendo la fraterna invitación de la Hermandad lasaliana de la Triunfal Entrada en Jerusalén, que otro año más llenará las calles jerezanas con sus palmas y ramos de olivo, símbolos de paz y de alegría, por la llegada de Jesús y como preludio del solemne acontecimiento que nos aprestamos a vivir, a la vuelta del verano…

Corona de amor para la Estrella que, si es faro de luz cada día, en nuestros corazones, será con su nueva presea; creada por el orfebre con las anónimas donaciones de alianzas, pendientes, broches o collares de sus fieles devotos; como el faro que quiebra las tinieblas de nuestras vidas y sendero luminoso que a partir de entonces nos marcará todavía más nuestro camino…

Este era un sueño, un indudable anhelo al que ha costado llegar, como suele ocurrir con todas las cosas que de verdad son importantes y como con el fruto de la vid, ahora es el momento de recoger la cosecha; de realizar la vendimia que llene el lagar de los devotos de la Estrella de la mejor de las soleras de la tierra.

Coronada por amor, que mejor ofrenda no cabe. Sobre su excelsa belleza, lucirá como el mismo sol, el mariano resplandor de una Virgen, que, en Sevilla, causó la gran maravilla, de aquel que la contempló. Y que quién soñó y la talló, inspirado en una hija, al ver tan gran hermosura, quiso guardarla en clausura y tenerla junto a sí, empeñó que no logró, por ruego de jerezanos, para poderla traer y en Ramos poder decir, tenemos la Estrella aquí, es nuestra Madre y Señora que reina ya en la Porvera y al pueblo hace feliz. Estrella Coronada, ruega por Jerez.

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