Callados y gritones

20 de mayo 2025 - 03:05

Se murió Pepe Mujica, y dijeron los entendidos no que se fue un gran líder uruguayo, sino que se despidió un referente de la izquierda mundial. Cuando la derecha se queja e ironiza sobre la pretendida superioridad moral de la izquierda en realidad está ignorando voluntariamente estos ejemplos, y reconociendo esa negada superioridad. Reparemos en quienes son los referentes de la derecha mundial y, si queremos, comparemos. Ya saben: Trump, Milei, Orban, incluso Netanyahu, que ha conseguido que los herederos de los profetas del odio al judío, aquellos detractores del supuesto contubernio judeo masónico, hayan dirigido ahora su inquina hacia los musulmanes, y no solo callen sino apoyen el genocidio en Gaza.

Se fue Pepe Mujica, ese “terrón con patas” como él mismo se definió en su visita a Cádiz para recoger el Premio Cortes de Cádiz, que no quiso honores que sobrepasaran al ya enorme de ser elegido democráticamente por su pueblo para ejercer de presidente. No sé si la izquierda es superior moralmente a la derecha, tal vez sí, pero el Pepe fue reconocido mundialmente como el campeón moral de la política, con simples gestos como seguir viviendo en su ranchito de las afueras. Cuando estuvo por tierras gaditanas, ni siquiera quiso ponerse medallas de héroe por haber sido detenido y encarcelado en su lucha contra la dictadura uruguaya: “Simplemente me pillaron por falta de velocidad”, dijo.

De todas formas, en esto de la moral todo es según el color del cristal. Yo diría que los valores asociados a la izquierda son, en general, la solidaridad, la libertad de enfoque de los asuntos de todos, la igualdad de oportunidades, la defensa de los más débiles y de las minorías y la convicción de que no progresaremos si no se hace en conjunto.

La derecha por su parte preconiza la libertad individual, con sus méritos personales, la preponderancia del mercado (en todos sus aspectos) y la sacrosanta propiedad privada, a lo que se añaden elementos de defensa de la vida tradicional como la familia y la religión casi como verdades reveladas.

Qué quieren que les diga: puestos a elegir prefiero modelos solidarios del calibre de Mujica antes que los egos individuales desatados de Trump, Putin y Netanyahu, pero esto no va de lo que piensa cada uno, sino de lo que votan los millones de electores que tienen en sus manos el destino al que nos encaminamos. Y la cosa va de elegir entre gritones, según parece.

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