El calvario de 'San Casillas'

DICEN las malas lenguas, y las no tan malas, que Iker Casillas se marchó llorando de Anfield la noche del martes, cuando el Real Madrid cayó ante el Liverpool. La verdad, no me extraña, ni que Casillas mojase sus mejillas ni que el Madrid perdiese en casa de los ingleses. Tiene que ser insoportable estar bajo una portería, salvar a tu equipo en cinco ocasiones en menos de diez minutos y que tus compañeros no hagan su trabajo. Entiendo que el Liverpool no es el Plus Ultra o Los Molinos, lo sé, pero qué menos que un poquito de garra o de fuerza para ponérselo difícil a tu rival, vamos, creo yo. Los jugadores madridistas salieron como si hubiesen pasado una gripe el día anterior, su caraja ya dejó claro que ni mucho menos era el día del Madrid para remontar la eliminatoria y romper ese gafe de los octavos de final, que ya llega a su quinto año consecutivo por cierto. Con el paso de los minutos llegó el gol de Torres. No, no pudo ser otro... Tuvo que ser un ex Atlético para que la herida sangre más. Con este tanto los de Juande seguían acarajados pero se les notaba algo de vidilla, una vida que le daba Casillas a los suyos cada vez que sacaba balones imposibles. Sin duda, Iker es el mejor portero del mundo. Gol de Gerrard, 2-0 al descanso. Tras la reanudación el 3-0, un golazo, de nuevo, del capitán del Liverpool. A partir de este momento el Madrid entró en coma profundo. Ganar en Anfield no es fácil, en eso estamos de acuerdo. No obstante creo que el mejor equipo de la historia (Real Madrid), el que más seguidores tiene en toda España y el que más dinero se gasta en sonados fichajes que nos persiguen cada verano con absurdos culebrones en la prensa deportiva, debería dar una imagen muy distinta a la que ofreció. Este ya no es el Madrid de 'Champions' temido por todos los equipos europeos y protagonista de noches inolvidables para los madridistas (no es mi caso) y los aficionados al fútbol. Por cierto... ¿Jugó Robben?