Alto y claro

José Antonio Carrizosa

jacarrizosa@grupojoly.com

Ni chinos ni marcianos

El tiro al globo de la fuerza aérea de EEUU confirma el ambiente de guerra fría entre Washington y Beijing

Ninguna de las dos hipótesis, a cuál más inquietante, se confirma. Ni chinos ni marcianos. Lo que sí parece claro a estas alturas -nunca mejor dicho- es que la fuerza aérea más potente del mundo se pasó el fin de semana disparando misiles contra vaya usted a saber qué. Que si globos comerciales a la deriva, que si artefactos meteorológicos fuera de control... En realidad, importa poco. Es una pena que no se haya confirmado la hipótesis extraterrestre. Era lo que nos faltaba para completar, en el primer cuarto de siglo XXI, todas las grandes convulsiones que pueblan nuestras peores pesadillas, desde guerras, hasta crisis económicas profundísimas, pasando por epidemias propias de la Edad Media. Bueno, faltaba otra y ahí sí entran en escena los chinos: una gran conflagración nuclear capaz de acabar con nuestra forma de vida y meternos en un mundo distópico y terrible.

Afortunadamente, y toquemos madera, parece que por ahora ni los marcianos ni los chinos tienen intención de fastidiarnos más de lo que ya estamos. Pero el tiro al globo confirma una impresión que cada día avanza en las crónicas internacionales: se respira un ambiente de guerra fría entre China y Estados Unidos que, aunque termine por no calentarse, va a condicionar el mundo en los próximos años. En este contexto, la invasión rusa de Ucrania sería un asalto de tanteo para medir fuerzas y comprobar hasta dónde está occidente dispuesto a llegar.

El foco de conflicto no está en Kiev ni en las fronteras orientales de la UE, por más que llevemos un año con los indicadores de tensión en zona roja. El futuro se está jugando ya en el Pacífico y la carrera de armamentística entre las potencias de la zona, incluido países hasta hace poco reticentes como Japón, no ayuda a tranquilizar los ánimos.

Beijing y Washington mantienen ya un abierto y creciente enfrentamiento en los terrenos comerciales y de la seguridad cibernética. Pero en ninguna de las dos capitales se oculta que los aspectos militares adquieran cada día mayor importancia. Los años más intensos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, los últimos cincuenta y los primeros sesenta, el mundo se sabía sentado sobre el polvorín nuclear. Paradojas de la política internacional, fue el concepto de destrucción mutua asegurada el que hizo que la situación no se descontrolase. Parece que el reloj de la Historia haya decidido retrasarse. Fueron también los años en que más avistamientos de ovnis se reportaron. Cosas de marcianos...

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios