¡LA madre que parió…! Mi amigo no estaba ayer de muy buen humor a pesar de ser fin de semana. Acababa de ver el recibo del cajero y se ha dado cuenta de que el dinero fresquito del que dispuso la semana pasada para comer, beber y convidar en la Geria, era el mismo del que dispone cada mes para todos sus gastos incluidas la luz, el agua, etc. Así que ahora toca pasar tres semanas a dieta y confiar que mayo acabe cuanto antes para que los números rojos… no sean deslumbrantes.
Mi amigo lo que no se explica es cómo conocidos que ganan bastante menos que él pueden costearse una Feria a tutiplén, pegarse una semana en el Rocío con lo que vale alquilar una casa aunque sea entre unos pocos, y encima ahora que la Agencia Tributaria ha posado sus ojos sobre nosotros con el ánimo en muchas ocasiones de aligerarnos la cartera. Ah, y que no se les olvide que el mes que viene nuestro Ayuntamiento irá por los restos con los recibos del IBI y del cochecito leré. En fin, que por más vueltas que le da, cuando se fija en esa gente le entra complejo de capullo. Claro que mi amigo suele vivir con lo que gana y a lo mejor hay quien se ha pegado la Feria que se ha pegado y el Rocío que se está dando, porque en ello se está gastando lo que va a ganar en los próximos meses, pero eso sí, ahora saca pecho y aparenta como nadie, se codea con quienes tienen más y hasta convidan como el que más. Pero no hay que alarmarse. Este nuestro Jerez ha sido así desde que se inventaron aquellos abrigos verdes que originariamente se usaban para ir de caza y que luego se convirtieron en elemento diferenciador de quienes tenían, y en muchísimas ocasiones, sobretodo de quienes más debían. Pero eso sí, aparentar… eso sí lo hacían como nadie.
Confío que mi amigo se tranquilice, que consiga acabar bien el mes y que todo esto le sirva para darse cuenta de que lo importante en cualquier sitio y más aún en Jerez, es ser quien eres y no ser tan tonto de querer que pienses eres otro. Joé, si la verdad es que gracias a Dios somos un pueblo y… ¡nos conocemos todos!
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