El Centro de Jerez de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), tenía previsto desarrollar las XV Jornadas Católicos y Vida Pública los días 27 y 28 de este mes de abril, con el título 'La dignidad de la vida humana de principio a fin'. Las jornadas se han cancelado por motivo de la pandemia por Covid-19 que estamos sufriendo, no obstante, queremos hacer llegar con este comunicado, en primer lugar, nuestro agradecimiento por su cercanía y mensaje de esperanza a nuestro Obispo diocesano don José Mazuelos, así como nuestro reconocimiento por la abnegada labor de los sanitarios en general y de los sacerdotes de la Diócesis por el acompañamiento en la oración a enfermos y familiares.

Así mismo, queremos hacer constar nuestra convicción de que la vida de cada persona, única e insustituible, es sagrada, con una dignidad innata otorgada por Dios y sustentada en su condición personal.

En las jornadas, estaba previsto abordar, a través de varias mesas de debates, las diferentes etapas del ser humano desde el inicio de la vida hasta su fin natural. Aspectos como el rechazo a la 'cultura de la muerte', o la necesidad y mejora de los cuidados paliativos, serían tratados por nuestro Obispo don José, junto a destacados médicos pertenecientes a la Comisión de Deontología del Colegio de Médicos de Cádiz.

La situación actual que estamos viviendo, nos muestra las graves carencias de nuestra sociedad en el trato y cuidado de nuestros mayores, al mismo tiempo que comprobamos su enorme deseo de aferrarse a la vida. Una situación de deshumanización que nos priva de la sabiduría, ternura y cariño de quienes nos han legado no solo la vida, que ya sería suficiente, sino el propio estado de bienestar que disfrutamos y que los políticos deberían tener en cuenta cuando buscan argumentos para defender las leyes que favorecen la eutanasia.

La defensa de la vida, que supone el rechazo al hipotético "derecho al aborto", era el tema a tratar por otra de las mesas, donde profesionales sanitarios y jurídicos debatirían sobre el dudoso derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, para afirmar, por el contrario, un derecho a la vida que debería estar amparado por nuestros legisladores, tribunales y sociedad en general.

Hoy, podemos comprobar cómo el ser humano, a lo largo de su vida, se encuentra en muchas ocasiones indefenso, y en otras, necesitados de una atención que no se le dispensa. De aquí nuestra defensa de la dignidad humana, apoyándonos en la razón y en la permanente doctrina cristiana que nos dice que la vida es un don de Dios, que siempre es digna y que en la enfermedad nos hacemos más humanos, porque siempre hay razones y motivos para vivir y dar vida.

Con el agradecimiento a la población jerezana por su conducta ejemplar en estos días aciagos, encomendamos a los fallecidos en esta crisis y pedimos al Señor dé fortaleza a sus familiares. Que el Señor Resucitado nos conceda su paz.