El pasado día de 3 de septiembre Diario de Jerez publicó una noticia referente a la "desaparición" del escudo heráldico que lucía en la fachada de una casa con historia de la calle Bizcocheros, en concreto la nº 3.

El texto de dicha nota decía lo siguiente: "Parece que un nuevo atentado al patrimonio urbano de la ciudad se ha perpetrado con la desaparición del escudo heráldico que adornaba la fachada la casa señorial del número 3 de la calle Bizcocheros, una casa singular originaria del siglo XVIII, prototípica de casa barroca: su fachada presenta tres cuerpos, el balcón se asoma sobre la portada que se encuentra desplazada del eje central de la casa. Sobre la portada conserva hasta hace bien el escudo nobiliario de sus primeros inquilinos. Remata el conjunto, un tercer cuerpo, con dos pequeñas ventanas-balcones, que ocuparía la servidumbre de la casa y otros almacenes.

Este edificio está catalogado en el Plan urbanístico de la ciudad, incluido como elemento del conjunto histórico monumental de la ciudad, en su entorno de Bien de Interés Cultural.

Fue domicilio de la ilustre escritora jerezana Carmen Carriedo Soto (1880-1966), más conocida por su seudónimo de María de Xerez. Una placa en la misma fachada la recuerda, pero presenta un mal estado, con peligro de desprendimiento.

Una vez más, todo apunta a que los departamentos municipales de patrimonio, urbanismo cultura y museo arqueológico, muestran su desidia para proteger estos elementos del patrimonio artístico que embellecen la ciudad".

Esta información fue respondida por el Ayuntamiento pasado tres días. No se indicaba qué departamento de los aludidos era el que lo emitía de forma tan escueta, y sin dar más detalle: "El escudo heráldico que adornaba la fachada la casa señorial del número 3 de la calle Bizcocheros no ha desaparecido sino que está siendo restaurado. El escudo se ha quitado de la fachada de Bizcocheros para restaurarlo y evitar que sea sustraído, por lo que volverá a su ubicación original".

Recordemos que el 4 de marzo de 2011, el historiador local Juan Antonio Moreno Arana denunciaba su lamentable estado en el blog Jerez, Patrimonio destruido: "Nuevamente llamamos a la responsabilidad de propietarios y administraciones. No podemos seguir permitiendo que nuestro patrimonio histórico-artístico siga estando en manos de la desidia y la especulación. Unas garras que se hacen fuertes ante la falta de compromiso de las administraciones para apoyar las iniciativas particulares para la rehabilitación de viviendas históricas y el incumplimiento de las leyes que rigen la rehabilitación de estos inmuebles de carácter patrimonial".

El tiempo pasó y el 15 de julio de 2018 un medio local, en soporte digital, daba la siguiente noticia: "La junta de gobierno local ha aprobado la licencia de rehabilitación de un inmueble catalogado del centro histórico que será destinado a apartamentos, una propuesta que fue informada de forma favorable en la Comisión Local de Patrimonio Histórico celebrada el pasado mes de junio. En concreto, se trata de la rehabilitación integral de una edificación de la calle Bizcocheros, que cuenta con un grado de catalogación de Conservación Arquitectónica y un nivel IV de protección arqueológica, para transformarlo en un conjunto de nueve apartamentos, cuatro de ellos situados en planta baja y los otro cinco en la planta superior. La superficie total construida será de 725,40 metros cuadrados y la útil de 545,57".

Un año y medio después, el 21 de diciembre de 2019, y en el mismo medio de comunicación, se podía leer que lo que en un principio iban hacer nueve apartamentos sería un hotel de lujo: "Sus promotores ya han trasladado a la Delegación Municipal de Urbanismo su interés por levantar un hotel de lujo con 60 habitaciones en el número 3 de la Calle Bizcocheros, en la casa donde una placa reza que allí vivió la escritora y periodista jerezana Carmen Carriedo de Soto, María de Xerez (1880-1956).

La finca, anexa al rehabilitado edificio del antiguo Cine Maravillas, cuenta con un local comercial cerrado desde hace años y un evidente estado de abandono. Tanto es así, ha podido saber este medio, que el plan de Urbanismo era que directamente pasara al registro municipal de solares, iniciativa que sigue su curso hasta tanto en cuanto no haya un proyecto definitivo sobre la rehabilitación del inmueble y la apertura del hotel".

Al año siguiente se iniciaron obras para su rehabilitación, fecha en la que el escudo heráldico "desapareció" de la fachada. Pregunté por dicho emblema nobiliario, pero nadie supo darme explicaciones.

Las obras de demolición del interior del edificio, a cargo de la empresa Conseram (de Villamartín), que no de la promotora, continuaron un tiempo más. Pero al percatarme que estas estaban paradas, y sin nadie en su interior, fue cuando empecé a preocuparme, aún más al observar que ningún cartel de la Gerencia, donde se indican habitualmente los plazos de obra, la promotora y el objeto de la obra, había desaparecido. Esa también de la fachada, tanto la que daba a la calle Bizcocheros como a la calle Caracuel, por donde se comunica el mencionado edificio.

Algún responsable de los departamentos municipales de Cultura, Urbanismo, Patrimonio y/o Museo pueden dar ser más concretos y decirnos a los ciudadanos en manos de quién, o quiénes, está el dichoso escudo nobiliario, escudo cuartelado que se puede describir con: 1. León rampante. 2. Cuatro veneras enmarcando una cruz en el lado izquierdo y columna con fajín en espiral en el lado derecho. 3 y 4. Cinco cruces enmarcando león rampante en el centro.

Si se sabe que se está restaurando, se debería saber -en estos asuntos todos se conocen- quién lo está haciendo y dónde. Y en su caso mostrar la evidencia.

Mientras no sea así, seguirá siendo un escudo "desaparecido", hasta que no se demuestre lo contrario.

Lástima que la persona que decidió desmontar el escudo de la fachada para su "restauración" no tuviera en cuenta la placa que, en la lateral de la misma fachada, se colocó por el Ayuntamiento en 1967 recordando a Carmen Carriedo.

Poco ágiles fueron los responsables de los mencionados departamentos al tardar en recuperar las piedras litográficas de Jerez Industrial. Por esa causa, y estuvieron advertidos, se perdieron un centenar de ellas.

Este hecho se suma a un historial poco alentador. Frustrado ha quedado el intento de desmontaje de la placa de piedra dedicada al general Miguel Primo de Rivera en su casa de nacimiento de la calle San Cristóbal. En lugar de arreglar la canaleta que la moja y estropea querían quitarlo de su lugar para esconderlo en el museo, sin motivo ni razón.

Sí consiguieron eliminar de su lugar el rótulo de calle que recordaba al general Sánchez Mira (actual calle Lealas) con la excusa de que podía confundir al viandante, circunstancia que se puede ver en otros puntos del callejero de la ciudad sin que la ciudadanía se despiste.

Y de las humildes losas de Tarifa sustraídas en los últimos tiempos, silencio administrativo. No, mejor dicho, pegotones de mezcla para tapar los huecos.

Del escudo heráldico esperamos algo más.