QUE el PSOE se afiance como la principal referencia de la izquierda es algo esencial para esta democracia que muchos creen construida pero tiene aún plásticos en las ventanas. No se trata de hacer propaganda. Nada más lejos. Es algo más. España (ya saben... “este país”) necesita de ese hueco político en el que la sensatez sea la clave de la acción política. Hay, de hecho, terceras, cuartas y sextas formas de ver la cosas. Es cierto. Pero el gran problema radica en evitar que alguien sea capaz de aprovecharse de los beneficios del sistema para dinamitarlo.  Ojalá el auge de los extremismos haga ver a los acomodados, de una vez, que en cada acuerdo alcanzado hay vida, que la gente, nosotros, estamos hartos de no ver otro color que no sea el cansino gris casi negro. Por ahora sólo lo hacen cuando es el concepto de Estado (la gran ‘empresa’) el que está en juego. Derecha e izquierda están condenadas a entenderse. Jamás lo han hecho. Es cierto. Pues ya pueden ir arreando...