Europa y la derrota de Ucrania

Alto y claro

19 de mayo 2025 - 03:05

La guerra de Ucrania todavía no ha terminado, pero está escribiendo sus últimas páginas. Al margen de algunos detalles como, por ejemplo, qué va a sacar Trump de todo esto, falta por concretar cómo se va a escenificar la rendición de Zelenski. Es lo que pasa cuando se inicia una guerra: sólo hay un final posible, uno gana y otro pierde. En esta han perdido los ucranianos que van a ver su país dividido, con una buena parte de su territorio convertido en un dominio ruso y con el resto sometido a un gobierno títere que no moleste al autócrata del Kremlin.

Ucrania tiene la guerra perdida desde antes de que Estados Unidos diera el giro geoestratégico que ha supuesto la llegada de un populista histriónico a la Casa Blanca, pero ha sido Trump quien le ha asestado el golpe final. Las razones que explican el desenlace de un conflicto tan prolongado como cruel son muchas, algunas tan evidentes como las diferencias de todo tipo entre una potencia militar tan grande como Rusia y un país con un ejército pobre y mal equipado. Pero sería mirar para otro lado no ver también que Europa, la Europa a la que nosotros pertenecemos, ha sido incapaz de implementar un sistema de ayudas para evitar que los valores que dice representar sean arrasados por el régimen expansionista de Moscú.

La guerra de Ucrania, sobre todo su última fase, le ha cogido a Europa en una situación de debilidad estratégica y de falta de influencia que la sitúa como un actor menor en un mundo en el que el poder se mide cada día más solo por la fuerza. Una Europa más integrada y en la que los egoísmos nacionales no fueran el factor predominante podría haber levantado su voz contra Putin con resultados más positivos.

¿Servirá lo que ha pasado en Ucrania para que ese proceso de integración se acelere en defensa y en política exterior unificada? Hay motivos para dudarlo. La Unión Europea sigue siendo una comunidad de vecinos mal avenidos mucho más que el proyecto ilusionante que se puso en marcha hace 75 años para evitar que se repitieran las conflagraciones mundiales que sembraron el continente de muerte y destrucción. Putin planteó el reto de una guerra expansionista en suelo europeo y la ha ganado. Tomemos nota porque este dato es el que va a determinar durante mucho tiempo nuestro futuro como europeos.

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