Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez, 31 de diciembre de 1946: Argudo, García-Figueras y Montenegro
LAS gestiones para la consecución del solar donde estuvo ubicado el Teatro Eslava para convertirlo en 'patio de recreo' del colegio Cervantes se iniciaron hacia finales de la década de los 70 del pasado siglo (1977-1979).
Por aquellas fechas el centro se encontraba bajo la dirección de José Moreno Alonso quien dio los primeros pasos, continuándose por sus sucesores en el cargo (Ricardo Fernández Vázquez y Juana Mª Caballero Salguero, siendo ésta quien tuvo el honor de inaugurarlo).
Las primeras intervenciones se realizaron mediante escritos, entrevistas y otros pormenores a través de los señores magistrados residentes en la parte de los Juzgados anexos al centro escolar: Pedro Núñez y, entre otros, Santos Carcaña, Lucas Quiroga, Pedro de Lassaletta, Asociación de Padres de Familia (así era antes su denominación) y culminándose con la entrevista realizada a los entonces propietarios del solar: González Byass, Manuel González-Gordon, y contando con la inestimable colaboración de Miguel Primo de Rivera y Urquijo (alcalde que fue de la ciudad de 1965 a 1971, alcalde perpetuo honorario en 1971, Hijo Adoptivo de la misma en 1972 y medalla de oro en 1972. ¡Casi 'na'!).
Al parecer a José Moreno Alonso le unía una cierta relación de amistad con el mencionado alcalde. Se hace especial hincapié en que gracias a sus machaconas insistencias, tanto en su época de maestro, como director e incluso ya jubilado, existe como tal el colegio Cervantes. Pudo haberse convertido el edificio en sede de Cultura, pero el casco histórico no podía, ni debía permitirse el lujo de perder un centro educativo con todo lo que ello suponía y más en atención a su 'historia'.
José fue Terciario Franciscano, Caballero de la Orden de Alfonso X El Sabio y Gran Cruz del Mérito Docente. Fu también muy conocido dentro del ámbito de las cofradías (San Lucas y La Yedra, entre otras). La mano derecha del Cristo de las Tres Caídas es copia de la suya.
Regresando al tema del ya conseguido y concedido solar como patio de recreo, éste fue utilizado durante algunos años, en los meses de julio y agosto, como cine de verano y otros menesteres de carácter municipal aprovechando su ubicación en el centro del casco urbano a la par que histórico.
En época más reciente se acotó una parte del mismo con la idea de embellecer con unos jardines (se observan desde el exterior) los aledaños al Alcázar, pero independiente del centro escolar, lo que motivó una pérdida considerable de espacio y que, a pesar de todo, resulta coqueto, adecuado y acogedor para desarrollar su cometido.
En el interior de dichos jardines se puede divisar una fuente denominada (ahora) 'Fuente del Teatro Eslava'. En realidad, dicha fuente estuvo en la plaza Plateros y que al reformar ésta pasó a engalanar los ya mencionados jardines.
En el actual patio de recreo se encuentra en uno de sus laterales y lindando con uno de los lienzos interiores de muralla, una morera. Un árbol sito en un espacio y recinto singular bajo cuya frondosa copa, ensortijadas ramas y vetusto tronco, conforman un legado único e irrepetible que engalana la ya de por sí legendaria historia del hoy colegio Cervantes. Un árbol que con sus muchos años de silencio, lleno de equilibrio, armónica belleza y donde cada una de sus arrugas nos empapan de vida. Un/ Árbol fuerte, vigoroso,/ vigilante silencioso/ de infantiles correrías/ en mañanas otoñales,/ en lluvias primaverales/ y solanas calorías. Admira/ los gritos y algarabías,/ las inocentes diabluras,/ las cándidas travesuras/ de alegres chiquillerías.
Se cuenta por algunos historiadores que el solar pudo ser en época medieval un antiguo palacete musulmán lindando o anexo al Alcázar. Sólo son suposiciones. No existe nada que lo pueda documentar y que debido a los continuos movimientos de tierra y otras 'tropelías' pudo, tal vez, perderse información.
En su subsuelo y jardines colindantes se esconden restos de lo que fue Teatro Eslava, fosos anexos a un muralla interior del Alcázar, entre otros...
Pero lo más rocambolesco fue la pretensión de construir un hotel que ocupaba una buena parte del interior del recinto del Alcázar y lindando, prácticamente, con el centro escolar. Por fortuna quedó todo en la estructura que contaba con cinco plantas. Comenzó a levantarse a finales de los años 70 cuando el Alcázar era, todavía, propiedad privada. Con posterioridad lo compró el Ayuntamiento y paralizadas las obras por la Dirección General de Bellas Artes.
Su estructura fue demolida por voladura controlada en 1981. Representaba un atentado patrimonial como tantos otros que atesora nuestra querida ciudad y que son de sobra conocidos.
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