La frase hoyuelo

Se hace raro conmemorar el 200 aniversario de la muerte de Jane Austen, tan viva y tan joven, siempre

Hoy es el 200 aniversario de la muerte de Jane Austen. Yo me acuerdo de ella todos los días, porque escribió: "Una señora soltera es la mejor conservadora de muebles del mundo". Cada vez que veo a mis niños saltando sobre las hamacas de rejilla, pintando con acuarelas en la mesa del comedor, jugando con plastilina sobre la alfombra, abriendo a tirones descuajeringantes el viejo armario o comiendo un bocadillo de nocilla en el sofá, suspiro: "¡Qué sabia era!"

La frase tiene su espíritu, además. Bajo la fina observación, deja en el aire una nota levemente melancólica, pero bien bienhumorada. Escribía dando a sus sombras luz, siempre. Nabokov, que venció sus prejuicios para leerla y acabó rendido a sus pies, hablaba de la "archisonrisa" que preside su prosa. Definió su estilo como el de "la frase hoyuelo", pues sus novelas tienen ese delicioso boquetito que se pone en las mejillas de las chicas más guapas cuando están divertidas.

Por tener tan presente la frase de los muebles no minusvaloro sus historias, ojo. Es que a la fuerza ahorcan. Y también, aunque eso ya no le gustaría a Nabokov, que ella me interesa incluso por encima de sus argumentos. Su vida, su gracia, su pensamiento (más hondo de lo que se cree) y sus creencias. Escribió que "la tarta de manzana es una parte fundamental de la felicidad doméstica", y estoy de acuerdo, claro; pero también que "cualquier costumbre, si no es dañina, tendría que ser sagrada". Su obra presentó, contra las revoluciones sociales y políticas del siglo XIX, un modelo de sentido común, sentido del humor, sentido del equilibrio y sensibilidad que podría valernos todavía. Propone un quijotismo de andar por casa (de campo) con final feliz.

"Mis libros son mis niños", advirtió. También eran hijos de Shakespeare. Compárese Mucho ruido y pocas nueces con Orgullo y prejuicio. Y le han dado una familia de nietos que ni la Reina Victoria: Dorothy L. Sayers, P. D. James, Evelyn Waugh, P. G. Wodehouse…

Con todo, me pasa con ella lo que a Clodoveo cuando le explicaron la Pasión de Jesús y exclamó exaltado: "Ah, si yo hubiera estado allí con cincuenta de mis francos, no lo habrían crucificado". Si yo hubiese vivido hace doscientos años (algo impensable para mi mujer, tan joven siempre y a la que espero que le salga el hoyuelo al leerme esto, por la cuenta que me trae), Jane Austen no se habría quedado soltera. Y mala suerte para sus muebles.

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