Crónica Personal

De ilusión también se vive

Si los americanos han podido con Trump, nada impide pensar que también los españoles podrán deshacerse de Pedro Sánchez

La mayoría de los votantes de Biden, más que mostrar entusiasmo por el candidato, querían a toda costa echar a Trump de la Casa Blanca, pero conociendo sus artimañas no estaban seguros de que pudiera ser vencido. Sin embargo, ahí están los resultados: Joe Biden es ya presidente electo y a Trump solo le queda el derecho al pataleo.

Si los americanos han podido con Trump, uno de los peores presidentes de la historia de EEUU, que además ha afectado a la posición internacional del país con sus intemperancias, amenazas y salidas de tono, nada impide pensar que también los españoles podrán deshacerse de Pedro Sánchez a través de las urnas o de una nueva mayoría parlamentaria que no sea la Frankenstein, como la llamó Rubalcaba alertando sobre esa posibilidad. Si viviera el que fue candidato a la Presidencia del Gobierno y recibió la patada que los votantes querían dar a Zapatero, seguro que Sánchez no habría tomado decisiones que avergüenzan a los socialistas decentes. Unos tragan porque no tienen más remedio; otros, por respeto a sus siglas, callan. Rubalcaba no habría hecho ninguna de las dos cosas, era de los que ponían pie en pared para defender a los españoles y ya habría encontrado la manera de impedir que el Gobierno avanzara hacia posiciones inconstitucionales.

Si EEUU ha echado a Trump, se puede soñar con la posibilidad de que se pacten fórmulas legales para romper el tándem Sánchez-Iglesias que está dejando este país como un erial. Seguro que existen, y se pondrían coto a iniciativas de escándalo que se incrementan cada día con otras que obligan a llevarse las manos a la cabeza. Entre ellas las dos últimas, con la eliminación del castellano como lengua vehicular en la enseñanza, o el famoso comité con el que Moncloa pretende implantar la censura alegando que garantizará la seguridad nacional.

La resignación actual ante un Gobierno que despedaza España poco a poco, que echa abajo reglas básicas de la democracia, que ha deteriorado gravemente la imagen de España, que es absolutamente incapaz -como Trump- de tomar medidas adecuadas contra la pandemia y que presenta unos presupuestos que no acepta ninguna de las instituciones nacionales e internacionales que analizan las cuentas con ojos profesionales, puede transformarse en ola de protestas como las vividas en las semanas últimas; pero sobre todo podría hacer reflexionar a miembros de la oposición, y también del PSOE, respecto a que ha llegado la hora de tomar decisiones que obliguen a Sánchez a deshacerse de socios indeseables si quiere llegar al final de la legislatura.

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