Jerez, 1918: pelea de vecinas, sosa cáustica en la calle Zarza y Carmen López Cepero

El sábado 28 de septiembre de 1918, ¡sábado!, se efectuaron en el Instituto General y Técnico los ejercicios de mejora de nota entre los alumnos de ingreso. El tribunal, integrado por los catedráticos Antonio Roma, Isidoro Fernández Uribe y Eduardo García Rodeja, acordó por unanimidad conceder el premio -Matrícula de Honor- al opositor Justo Díaz Hontoria Serdio. En dicha jornada tuvo lugar otro acontecimiento de muy distinto cariz. Concretamente en el número 8 de la calle Cerro se registró una fuerte riña, por decirlo con términos suaves, entre dos vecinas. El enfrentamiento comenzó a acalorarse de tal modo que alcanzó la intensidad de reyerta. Enseguida la discusión se aliñó de palabras malsonantes. Al cabo llegaron a las manos. Ambas resultaron lesionadas. Así las cosas, sufrió además contusiones y erosiones en el codo y pierda izquierda una tercera implicada, de nombre María Álvarez Valenzuela, quien, procurando apaciguar los ánimos de las peleonas en cuestión, también salió mal parada. Las auténticas púgiles fueron atendidas en la Casa de Socorro, donde el doctor Puerto apreció en Rosario Rodríguez Menelo, de 42 años de edad, una herida incisa en el antebrazo izquierdo y erosiones en la cara, de pronóstico leve y, de igual modo, a Dolores López Jiménez, de 40 años, dos heridas incisas en la región frontal, erosión en la región cervical, contusiones y erosiones en la región mamaria, brazo izquierdo y región dorsal (pronóstico leve). Como no podía ser menos, María Álvarez también fue curada en dicho benéfico establecimiento de las lesiones que sufriera -siendo a su vez calificada de estado leve-. ¡Menos mal que no pasaba por allí el apuntador!

Los maestros jerezanos dirigieron al sr. ministro el siguiente telegrama: “Ministro de Instrucción Pública. Magisterio jerezano aplaude entusiasmado, denodada defensa hecha por V. E. mínimas aspiraciones económicas del cuerpo, rogándole unánimemente continúe hasta la implantación escala gradual Asociación Nacional. Rosario López García, Luisa Regife Silva, Juan Fernández, Antonio Lagares”. Punto y seguido con notas de sociedad. Entre las personas de buen gusto se puso de moda el perfume Rosa de Valencia, de la casa J. Robillar y compañía. Con su distinguida esposa marchó a Madrid, Barcelona y Santander el apreciado convecino José Parada. Fue asistido en la Casa de Socorro, por el antes aludido médico señor Puerto, el obrero Juan Torres Lozano, que presentaba contusión en el dedo gordo del pie derecho. Igualmente el niño de 2 años de edad Francisco Borrego Ortas: había ingerido en el domicilio de sus padres, sito en calle Zarza 15, sosa cáustica, provocándole de inmediato quemaduras en la boca y vías digestivas. La Academia de Música abierta en la calle Letrados, bajo la dirección de Emilio Rivelott, celebró la apertura de curso el día 1 de octubre del año que nos ocupa, 1918, a las nueve de la noche.

Con motivo de la estancia en la ciudad del diputado a Cortes por Priego, José Serrano Ramos, afecto por lo demás a la política de Alcalá Zamora, se celebraron durante los últimos días de septiembre frecuentes reuniones y cabildeos. En el mixto regresaría a Priego José Serrano, quien fue despedido en la estación por los señores Agüera, Dionisio García Pelayo, y Norberto de la Barrera, además de otros amigos y allegados. Tras brillantes exámenes ingresarían en la Escuela Media de Agricultura los alumnos José María Mateos y Romero y Francisco Aranda. De ellos se sintió muy orgulloso su profesor Antonio Muñoz García, reputado perito agrícola. Aprobó el primer año de Magisterio la señorita Carmen López Cepero. La Junta Local de Sanidad adoptó los siguientes acuerdos: desinfección de las vías públicas y de urinarios y retretes, clausura de los baratillos, superación del tráfico incluso en la feria de los lunes, orden a las casas de prestamos de desinfectar semanalmente los almacenes de ropas incluso en el Monte de Piedad, clausura del asilo nocturno, prohibición del lavado de hortalizas con aguas procedentes de la madrona y otras medidas encaminadas a evitar que puedan desarrollarse enfermedades contagiosas. El Sindicato de Viticultores, de acuerdo con las sociedades obreras, entendieron que “es llegada la hora de proteger los vinos de esta zona provincial, especialmente los de Jerez”.

Marcharon de temporada a Puerto Real la señora esposa de Francisco Prida, así como su sobrina. El único remedio que entonces se anunciaba como efectivo para curar las diarreas de los niños (“diarreas verdes inclusive”), hasta el punto de restituir a la vida a enfermos irremisiblemente perdidos, era el elixir estomacal de Sáiz de Carlos. En los exámenes celebrados en la Escuela de Comercio de Cádiz obtuvieron la honrosa calificación de “sobresaliente” -asignatura de inglés- los jóvenes Antonio García Blasco y Juan Luis García Pelayo. Fue profesor de sendos estudiantes Federico Meyer y Lindeman. El domingo 29 de septiembre recibió las aguas del bautismo la niña que días antes diera a luz Dolores Pérez, esposa de José Cabezas Gómez. De nombre Mariana, fue apadrinada por Francisco Gómez Hernández y su esposa María Pérez. Otro bautizo, el de la niña María Antonia, en San Miguel. Hija de Rosario Martínez y del antiguo profesor de la banda jerezana Juan Ramos. Ejercerían de padrinos sus abuelos maternos Concepción del Tejo y Fernando Martínez.