Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
XXXII CERTAMEN DE PINTURA DE MONTELLANO.
Recinto Ferial
MONTELLANO
Montellano es una población sevillana limítrofe con las estribaciones serranas de la provincia de Cádiz. Para la cultura reciente es la cuna de uno de los pintores andaluces que mejor interpretan el realismo veraz, Jorge Gallego; un artista total, de amplísima conciencia figurativa y, por méritos propios, uno de los pintores que más reconocimientos posee – varios del Certamen Virgen de las Viñas de Tomelloso, Premio del Ateneo de Sevilla, de la Fundación Cruzcampo, el de la Fundación Ynglada- Guillot, el de la Real Maestranza de Sevilla, el Concurso de Pintura Figurativa de la Fundación de las Artes y los Artistas de Barcelona y muchísimos otros-. En Montellano se viene celebrando uno de los certámenes de pintura más importantes de nuestra zona; un concurso pictórico muy bien consolidado, serio y con la rigurosidad que oferta un jurado preparado, sabedor de lo que debe ser y con prestigio absoluto para dilucidar un premio respetado y que, cada año, concita un altísimo interés entre artista de todos los sitios. Además, se trata de una convocatoria que llega a su trigésima segunda edición; lo que le concede, por historia, un claro estatus de seguridad, seriedad y prestigio.
Un jurado compuesto por el Decano de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y artista importante, Daniel Bilbao; la profesora, también de la Facultad sevillana, Carmen Andreu; así como los pintores Rocío Cano y Antonio Barahona, con la coordinación del propio Jorge Gallego, ha sido el encargado de decidir, de entre las ciento sesenta tres obras presentadas, las piezas que deberían formar parte de la selección final, de las que tendría que salir la obra ganadora. Esta selección la constituye dieciocho obras de muy buena consideración pictórica; obras provenientes de pintores sabios en la materia y ejecutores de una pintura solvente, lúcida y de muy altos vuelos; pintores consagrados y puestos muy al día en lo que es -y debe ser- la pintura actual. Con sus obras se ha configurado una muestra que es importante y que responde a los más amplios postulados de la pintura del momento. La misma se encuentra expuesta en los espacios acristalados del Recinto Ferial de Montellano.
No era cosa fácil estar a la altura de la obra ganadora de la edición anterior, ‘Entrando la primavera’ del pintor jerezano Ignacio Estudillo y de las Menciones Honoríficas, ‘Ficción andaluza’, de Antonio Barahona y ‘Jaspe’ de Alba Cortés. Pues en idénticos esquemas de suma artisticidad han estado las obras que resultaron ser las más destacadas por el jurado; dos pinturas que responden a los altísimos argumentos de calidad que existen en la pintura de esta zona privilegiada artísticamente. La obra ganadora, ‘Autorretrato” a contraluz’ del pintor jerezano Eduardo Millán Sañudo deja constancia de lo que supone una pintura excelsa, llena del máximo sentido representativo y testimonio consciente de un realismo que es veraz, sin imposturas ni falsos efectismos para engañar miradas torpes y equivocadas; en definitiva, que no tiene ni trampa ni cartón. Porque no cabe la menor duda de que Eduardo Millán es uno de nuestros más firmes y sensatos hacedores de esa figuración valiente; testimonio fiel de los grandes registros de la pintura auténtica, esa que está realizada con solvencia, fortaleza pictórica y sabia desenvoltura técnica. La obra mantiene vivos esos esquemas ilustrativos tan afortunados de este pintor. Un espejo refleja la realidad consciente y justamente; en él, el propio artista, en una actitud para nada forzada, desentraña los dificilísimos argumentos del autorretrato. Todo en la obra es claridad, justa manifestación de lo que la mirada abarca y el ojo ve; una pintura que es científica; que no engaña y que declara el realismo exacto de creación pintura sobria y consecuente.
Para que el palmarés del Premio estuviese, aún, más completo, el Jurado ha propuesto como mención de honor, una obra, también muy importante, de otro de los pintores trascendentes de nuestro entorno, el artista nacido en Villamartín, José Carlos Naranjo; otro de los autores lúcidos del momento. El mismo presentaba una obra compacta, medida, de poderosísima resolución y mostrando la seguridad plástica y estética del que es un consumado realizador. La obra lleva por título ‘Eclipse I – II’ y responde a las calidades técnicas de un pintor con muchas luces creativas.
El Certamen de Montellano ha llegado a su treinta y dos edición porque conserva los planteamientos de seriedad de un certamen justo donde todo se hace con la mayor rigurosidad. Ese es el verdadero camino. Con él, la concursística está viva y no puede ofrecer duda alguna.
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