Tribuna libre

Alejandro Gordon Mínguez

Beato José Ignacio Gordon, ruega por nosotros

Hoy, 13 de agosto, se conmemoran 84 años del martirio del Beato José Ignacio Gordon de la Serna, jerezano, sacerdote claretiano, y ejemplo de coherencia y de vida consagrada. Un mártir del siglo XX que no sólo debe ser recordado, como ciudadano ilustre de nuestra querida tierra, sino que como decía el  Papa San Juan Pablo II en su exhortación apostólica Vita Consecrata, al hablar de los mártires, debemos acudir a ellos para “que permanezca en la conciencia de la Iglesia la memoria de tantos testigos de la fe, como incentivo para su celebración y su imitación”.

Celebración e imitación, dos palabras cuyo significado esconde algo intrínseco a la vida de los católicos: la celebración de la pasión, muerte y resurrección del Señor, e imitación, de su vida dándose a los demás.

Vivimos tiempos de pandemia, de no pocas calamidades, no sólo en Jerez, sino en toda España, en la que miles de españoles han perdido la vida por una enfermedad que no distingue ancianos, jóvenes, niños, hombres o mujeres.

Cuando decimos en el Credo, “creo en la comunión de los santos”, hacemos referencia a eso que algunos llaman “la Iglesia como fábrica de santos”, ya que la Iglesia es santificadora. "Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los unos se comunica a los otros [...] Es, pues, necesario creer [...] que existe una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante es Cristo, ya que Él es la cabeza [...] Así, el bien de Cristo es comunicado [...] a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los sacramentos de la Iglesia" (Santo Tomás de Aquino, In Symbolum Apostolorum scilicet «Credo in Deum» expositio, 13). Como dice el catecismo de la Iglesia Católica, la expresión “comunión de los santos” tiene dos significados estrechamente relacionados: “comunión en las cosas santas” y “comunión entre las personas santas” (n. 948).

Acudir a los santos es una costumbre arraigada en la Iglesia desde tiempo inmemorial, para que intercedan por nosotros ante Dios. En momentos como los actuales, en el que muchos hogares han sufrido la muerte o la enfermedad de un familiar, la tragedia del paro, las calamidades del hambre, es una buena oportunidad acudir al Beato José Ignacio Gordon de la Serna, nacido en Jerez el día 13 de octubre de 1.903, como protector e intercesor, para encomendarle “la tarea” de ayudarnos. Su pila Bautismal, que se conserva en la parroquia de San Miguel de nuestra querida ciudad, supone un lugar de “peregrinación”, para poner bajo su protección nuestras preocupaciones.

Jesucristo lo dijo con claridad: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). En una situación como la actual, la continua presencia amorosa de Dios a nuestro lado—nos llenará de consuelo y esperanza. Acudir a la intercesión del Beato José Ignacio es una oportunidad que no debemos dejar escapar para que nos ayude a sobrellevar, y superar, estos tiempos complicados que nos han tocado vivir.

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