Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Kiko Rivera, la zambomba de Plaza Rivero, las comidas de ‘El Molino’ y los borrachuelos de las hermanas García López
Voces autorizadas de la Hermandad de la Borriquita in situ me comentan que gracias a -o por “culpa de”, siempre entre comillas- la mención de Curro Bono en su programa cofradiero de Sevilla -con proyección para toda Andalucía y parte del extranjero (como así sucede con el eco mediático de Cofrademanía)- y a mi artículo monográfico dedicado en este periódico a las zambombas de los bonísimos cofrades de la primera del Domingo de Ramos, este pasado día 20 apenas cabía un alfiler -¡cierto es!- en el patio del colegio San José. Las cosas bien hechas comportan semejantes resultados. ¿Verdad que sí, Rocío Ramírez Portela? ¿Cierto, familia Aguilar? ¿Estáis conmigo, hermanas del Ojo Sánchez? Me alegro ‘una jartá’ -que diría Melanie Griffith in illo tempore a propósito de su amor por Antonio Banderas- haber contribuido -vía papel prensa, vía edición digital, vía difundido masivo por WhatsApp- para con las verdades del barquero de este siempre penúltimo llenazo de las cuatro convocatorias navideñas de la gente de Cristo Rey. De bote en bote entre zambombas, palillos y panderos (Niña Pastori dixit). Apunta, querido Antonio Real, cuanto sucede en las zambombas de la escuela de la Porvera. Corrobora aquello que hablamos, inter nos, el miércoles junto a Antonio Mariscal y Juan Antonio Carballat. De pe a pa. Agradezco a la corporación lasaliana el inmenso cariño -y la expansión viral que imprimieron a mi columna periodística (vídeo promocional de la zambomba de antier sábado incluido)- recibido por acá y por acullá. No faltaron personas celebérrimas, como Kiko Rivera -quien posa en la fotografía de este ‘Jerez íntimo’ con varias hermanas en función de cocineras de la Estrella-, así como una amplia representación de cuatro destacadas hermandades de Sevilla. ¡Enhorabuena por enésima vez!
Si los promotores -y a su vez hacedores- anuales de la zambomba -liberada de barras con publicidad de cerveza- de la Plaza Rivero no merecen un Premio Ciudad de Jerez… ¡poco les falta! Son acreedores de un distingo oficial a tenor de la pureza de cuanto representan. En Jerez ninguna tipología de zambomba es descartable. Ni incluso -menos aún- las mal denominadas modernas. Porque, como acertadamente señala Juan Alfonso Romero -meritoria labor la suya al frente del Centro Cultural Flamenco don Antonio Chacón- “su autenticidad no depende del tamaño del escenario sino de la verdad de quien canta. Además inclusiva, por si jode el concepto”. Tal que así. Dicha autenticidad se multiplica por mil en la ya tradicional zambomba matutina de Plaza Rivero, cuya disposición coloca en el kilometro cero de su círculo central un elemento indispensable según toda zambomba que se precie: el Nacimiento. Alguien me dice que una zambomba sin el Nacimiento “es como una saeta en Semana Santa sin un paso de misterio o un palio delante”. Ahí, ahí, ahí… comentarían al unísono los actores nunca figurantes del ‘Palermasso’.
El próximo año, Deo volente, estaré en Rivero. Mi enhorabuena a los Pedro Pérez Rodríguez, Ángel Rodríguez Aguilocho, Mateo López, Raúl Díaz Calderón, Vicente Prieto, Esteban Benítez, Dionisio Valencia, Eva Castaño, Rafa Delgado, Juan Garrido, David Montes, Quino Bernal, Toto Sánchez, Javier Escobar, Borja Sánchez, Juan Orellana Castrillón… Cambió de tercio. Dos apuntes gastronómicos. El bar restaurante ‘El Molino’ -la mejor ensaladilla de Jerez de todas a todas y una carne mechada en su jugo para chuparse los dedos- ha preparado una gran carta de comidas para llevar de cara a celebraciones especiales. Entre otras riquísimas recetas podemos señalar pavo de campo al horno o guisado, langostinos a la bechamel, croquetas caseras, lomo de atún rojo mechado, lomo de bacalao en tomate, atún encebollado, paletilla de cerdo ibérico al horno, corvina a la roteña, rape a la marinera, calamares rellenos, rabo de toro al jerez, cochinillo al horno, pata de cordero lechal nacional, pata de cerdo ibérico al horno, albóndigas de choco y langostinos, pollo de campo en salsa de almendras, carrillada de cerdo ibérico al jerez, carne al toro, estofado de jabalí, mariscos frescos del día…
A todos se nos hace la boca agua. La del ‘El Molino’ es alta cocina. Garantía de calidad, canela pura en rama. Segunda nota bene: no puedo ni debo pasar por alto -ni dejar bajo la etérea invisibilidad de la omisión- la maestría de las hermanas García López -Adela, Mamen, Loly y Mari Nieves- en la elaboración de pestiños, roscos y borrachuelos. La categoría humana de tan excelentes personas es directamente proporcional a la exquisitez repostera de sus dulces típicos navideños. Valga esta aseveración asimismo para las hijas de Mamen: Alba y Ana. La elegancia, la educación, las formas, la cercanía, la urdimbre familiar, la discreción, el supremo sentido de la amistad… ¡Chapó por todas ellas!
También te puede interesar
Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Kiko Rivera, la zambomba de Plaza Rivero, las comidas de ‘El Molino’ y los borrachuelos de las hermanas García López
Tierra de nadie
Alberto Nuñez Seoane
Tolerancia
La ciudad y los días
Carlos Colón
La camarera, el estanquero y la Navidad
Alto y claro
José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
Lo último