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Línea de Fondo
HACIENDO referencia a una final de fútbol que estábamos recordando, un amigo sentenció "parecía que estaba ganado y en un momento lo perdió todo". Dicha reflexión, que por cierto se utiliza a menudo en diferentes ámbitos del deporte y de la vida, es más trascendental de lo que a simple vista parece. Ejemplos los hay de todos los colores. Hay momentos que te hacen triunfar sobre la bocina como el famoso ‘The Shot’ de Michael Jordan. Hay momentos gloriosos para un país como el gol de Iniesta en Sudáfrica ante Holanda, que sirvió para darnos el único mundial que posee España, pero tan glorioso fue ese instante como liberador resultó ser la parada in extremis de Casillas a Robben. Hay lapsos de locura y ceguera como el que tuvo Pepe en el Bernabéu cuando lanzó aquella patada a Casquero, dicho instante fue al mismo tiempo de fortuna, porque pudo haber acabado en una tragedia. Existen milésimas de segundos de éxtasis y felicidad como cuando veíamos hacer un caño a Butragueño, un sombrero de Zidane o, sin ir mucho atrás en el tiempo, cuando vemos hacer un quiebro a Lamine. Justo en esas milésimas el público suele exclamar un ¡oh! profundo y sincero en el que reconoce que ha asistido a un momento de magia. Los tocados por los dioses son capaces de dejar incluso dos momentos para la eternidad en un mismo partido, como hizo Maradona ante Inglaterra, dos goles que ya forman parte de los más recordados y reconocidos de la historia del fútbol mundial, la ‘mano de dios’ y la arrancada de medio campo que tantas veces hemos vuelto a ver los aficionados cantados por el gran Víctor Hugo Morales, estos goles fueron momentos de pillo el uno y de genio el otro. Luego, están los momentos de pifia, que incluso marcan toda una carrera profesional, si no recordemos a uno de los mejores centrocampistas españoles del momento como era Julio Cardeñosa y como le marcó en el recuerdo colectivo aquel fallo ante Brasil en el mundial del 78.
Si nos paramos a pensar, los deportistas entrenan durante la semana, cada vez se preparan los partidos de manera más exhaustiva y precisa, los técnicos analistas que trabajan con los primeros entrenadores aportan datos, detectan movimientos, acciones del rival que ayudan a plantear el partido de la manera más ventajosa posible. Cuando llega la hora de la verdad, todo lo trabajado tiene un impacto real e importante en el desarrollo del choque, pero al mismo tiempo surgen momentos de inspiración, de genialidad, de despiste, de error, de cabreo que suelen condicionar el resultado final. En la medida que un jugador o un equipo son capaces de prepararse mental y emocionalmente para crear las condiciones idóneas para que se puedan dar los instantes positivos y minimizar los negativos, las opciones de éxitos aumentaran.
En la vida hay dos momentos que tenemos asegurados, el momento para nacer y el momento para morir, en medio, muchos momentos claves que irán perfilando nuestras vidas y que dependerán de muchos factores, pero a medida que vamos creciendo y madurando intentamos dejar menos al azar y buscamos que lo que nos ocurra dependa más de nosotros. Eso sí ya dijo el filósofo español que "el hombre es el hombre y sus circunstancias".
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