Menuda encerrona. Por si no hubiera bastante con este secuestro purificador que nos ha tocado padecer, si alguien tuviera la tentación de evadirse un rato encendiendo la tele, que se lo piense dos veces, porque no encontrará una sola noticia que no tenga que ver con el único asunto del que está permitido hablar desde hace semanas.

Si en los telediarios hablan de robos, seguramente será de robos de mascarillas o algo por el estilo. Si se trata de noticias deportivas, nos informarán sobre las finales que no se van a jugar, sobre los goles que se quedarán sin meter, o sobre las dificultades que tienen los ciclistas para prepararse a fondo la ascensión al Tourmalet estando como están, sin salir del piso donde viven. Y así con las noticias sobre cante, sobre baile o sobre el atún de Barbate.

Menos mal que hay canales que, ya sea por entretener a la audiencia, ya sea porque resulta mucho más barato tirar de imágenes de archivo que pagar sueldos a periodistas, han decidido estos días dejarse de tanta actualidad y reponer programas viejos. Como anestesia ante unos informativos que son intolerables hasta en pequeñas dosis, al telespectador le queda la opción de retroceder unas cuantas casillas, como en el juego de la oca, y aliviarse ante una película de cuando Marisol llevaba calcetines o ante un zapateado de Lola Flores, que no defrauda ni en versión enlatada. Como los archivos de la tele son inagotables, nos podemos encontrar tranquilamente en la pantalla con Tip y Coll haciendo el ganso, o con el fatuo de Quintero, que también da mucha risa, pero cuidaba menos su vestuario.

Puestos a hacer memoria de aquella tele que ahora tenemos oportunidad de ver repetida, que nadie se eche las manos a la cabeza si tropieza con un programa de libros donde los escritores salen un poco borrachos. O con un debate donde todo el mundo, empezando por el moderador, se pasa el programa fumando sin parar, así sean los invitados médicos de profesión y el objeto del debate la importancia de llevar una vida sana y equilibrada.

Que nadie se sorprenda, ya digo, si en su canal de deportes favorito, para que no decaiga la afición estos días, han revuelto en los cajones y han decidido retransmitir, como si no hubiera llovido desde entonces, aquel partido de su equipo jugando en blanco y negro, qué sé yo, contra el Betis, que además de tener a Rogelio lesionado, viene de empatar en el campo del Moscardó.

Todavía no he mirado la programación para esta noche pero, considerando que es domingo, me conformaría con un programa de variedades presentado por Íñigo, una gala de Estrellita Castro desde el Corral de la Pacheca y, si no es mucho pedir, un combate, por ejemplo, de Dum Dum Pacheco. Cualquier cosa, en fin, con tal de matar el tiempo, antes de que el tiempo nos mate a nosotros, aunque sea de aburrimiento.

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