EL próximo domingo será el de Ramos dando comienzo así nuestra Semana Santa que, si Dios quiere, dará lugar a las estaciones de penitencia y salidas procesionales de nuestras hermandades y cofradías. Cortejos en las calles de nuestra ciudad después de dos años en dique seco cofrade. Ojalá todo vuelva a la normalidad conocida. Que podamos convivir en paz alrededor de nuestras costumbres. Al que no le guste la Semana Santa con los pasos en la calle, que pueda disfrutar de otras opciones si hace buen tiempo: la playa, la montaña y sus pedanías. Como cuando llega la cabalgata de Reyes, o la Feria, o la manifestación antitaurina o la manifestación de apoyo a especies en extinción, el acoso a las gallinas ponedoras o a tantas y variadas propuestas que a veces llaman la atención pero se respeta y ya está.

Que cada uno pueda vivir sin faltar el respeto a los demás ni afear los gustos del prójimo por muy diferente que sean a los tuyos. Este año además en el panorama cofrade podemos incluir una nueva hermandad, la archicofradía de riguroso silencio de la Estanflación- permítanme la ironía- que puede hacer su estación de penitencia cualquier día de la próxima Semana Santa si no cambian mucho las cosas. La estanflación es la mezcla de dos situaciones económicas que se están empezando a dar en este país... multicolor que diría la ‘abeja Maya’. Es la combinación del estancamiento económico y la inflación. En este sentido, nos estamos acercando muy mucho a esa situación nada propicia. Con la real y certera subida de precios de las materias primas que hacen parar en seco el consumo y las inversiones se genera el más que probable estancamiento económico de un país. De este modo podemos pasar de la alegría a la tristeza en un segundo.

Pasaremos, de seguir así, de ser el año 2022 el año de la recuperación y salida del de la crisis del coronavirus, a ser el año de la entrada en una situación grave económica y social. El empobrecimiento de la población y las colas del hambre aumentarán de forma notable. Esta mezcla de estos dos fenómenos económicos pueden ser devastadores para la economía. Si nuestra situación económica no crece o lo que es lo mismo se estanca y a su vez se encarecen -como se está encareciendo- el coste de la vida, provocado por una elevada inflación -como estamos sufriendo-, entonces surge la denominada estanflación. Un concepto que se le adjudica a un ministro de finanzas británico, Ian Mcleod, quien dijo esta palabra compuesta originaria de su expresión en inglés “stagflation” cuando indicó por aquella época allá por 1965 en su discurso en el parlamento británico que tenia lugar una situación económica en la que había mucha inflación y, además, se estaba produciendo un estancamiento de la economía. Las consecuencias de esta situación que advertimos pueden ser muy graves como el aumento del desempleo y caída en picado del poder adquisitivo de las familias; salir de esa situación es un proceso muy lento.

Las mejores soluciones, ante esta situación, que proponen los expertos consultados son la flexibilidad laboral (todo lo contrario a lo que ocurre en la actualidad), crear incentivos fiscales para las empresas (¡ay que te quiero nene! Que diría nuestro querido Faustino al que echamos mucho de menos) y sobre todo una medida importante sería una buena educación y formación. Así que esta Semana Santa intentar por todos los medios, rezar mucho a nuestros políticos para que no nos “apunten” en esta cofradía y, sobre todo, que no nos saquen papeleta de sitio para esta “hermandad de la estanflación” y vaya usté condió.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios