Impotencia
De nuevo Cernuda
Con el riesgo de ser considerado pesado y reincidente, vuelvo a tratar sobre la casa natal de Cernuda tras tener noticias de que, por fin, va a poder tener lugar la compra por parte del Ayuntamiento de Sevilla de la que denominamos en su día la casa de Ocnos. El letrero de una inmobiliaria colgado de un balcón con el teléfono de contacto para su venta nos hizo temer a muchos de los cernudianos que quedamos por aquí, de su posible adquisición por algún avispado constructor que, si bien no pudiese derribarla por estar protegida, sí recurriría al tan frecuente y nefasto fachadismo, dejándola hueca e inventando una nueva estructura adecuada para su conversión en apartamentos turísticos, como mandan estos tiempos que nos ha tocando conocer.
En las ciudades cuidadosas con su pasado histórico y literario, edificios así son conservados y convertidos en casas-museos o centros culturales, como es el caso del apartamento de Víctor Hugo en la parisina plaza de los Vosgos o la casa natal de Mozart en Salzburgo, incluso algunas que solo existieron en la imaginación de sus creadores, como la de Dulcinea en El Toboso, la de Julieta en Verona o la del Sherlock Holmes en el 221B de Baker Street. Sevilla podría haber tenido, además de pizzerías, heladerías y tiendas de baratijas para el turismo de vuelos baratos, una casa natal de Bécquer, de Murillo y de Velázquez que, aunque falsas, podrían servir para dinamizar y poner en valor, como diría un progre, zonas de la ciudad que escapan de los itinerarios de masas, así como para disfrute de los aborígenes que permanecemos en la resistencia.
Es por ello una buena noticia que los problemas surgidos en torno a la adquisición de la casa natal de Luis Cernuda se hayan resuelto, al parecer de forma definitiva, así como que las directrices a seguir estén en manos de Antonio Rivero Taravillo. Creo justo resaltar el interés que siempre ha mostrado en ello el actual Delegado de la denominada Área de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, D. Antonio Muñoz, así como la idea de fijar en ella la sede de la Casa de los Poetas y las Letras y una biblioteca en la que destacarían primeras ediciones de autores de la Generación del 27. Andalucía es tierra de poetas y escritores a los que el mejor homenaje que se les puede hacer, como se suele decir, es leerlos. No solo de parques temáticos, flamenquito, hamburguesas y helados vive el hombre.
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