Los otros ojos de la Virgen

Son estas acciones la materia misma sobre la que construyen las principales devociones

Cuentan que hace unos años, un rociero andaba preocupado por el futuro de un familiar cercano afectado por una importante discapacidad, y una pregunta andaba rondándole la cabeza: ¿qué será de ella cuando yo ya no esté? Fue el origen del ambicioso proyecto Rebeca, el centro para discapacitados promovido por la Hermandad del Rocío de Triana en el corazón del Aljarafe a través de su Fundación, donde más de sesenta usuarios con discapacidad desarrollan sus habilidades, porque también las tienen aunque no queramos enterarnos, guiados por un excelente grupo de profesionales y voluntarios, ante la mirada sonriente y bondadosa de la Virgen.

Mucho se hablará estos días de la explosión de luz y color que constituye cada año, y éste tanto más por motivos obvios, el camino de los peregrinos hacia la aldea en busca de aquella mirada, fundiendo en el esplendor que da la naturaleza del último mayo esa devoción que sale de lo más hondo del pueblo con la alegría propia de la romería. Pero menos se habla de la ingente labor social y solidaria que hacen tantas hermandades rocieras, a la que los conspicuos cofrades del centro nos cuesta valorar en su justa medida, y que sin embargo llevan años trasladando su empeño e ilusión hacia los más desfavorecidos. Realidades como esta residencia de Castilleja de la Cuesta sólo están a la altura de instituciones que hace ya tiempo traspasaron el límite de esa caridad de colecta y limosna para adentrarse en proyectos de envergadura en leal colaboración con las administraciones, y que requieren sobre todo de empuje, tesón y cariño.

Por eso, cuando hoy la Hermandad enfile la cuesta del Caracol dejando atrás la ciudad para adentrarse en los caminos que llevan a Ella, hasta pararse allí en lo alto, junto a la modesta edificación dominada por una pequeña capilla escoltada por jacarandas, y la estén esperando un animoso grupo de discapacitados con sus cuidadores, será el tiempo de pedirle que nunca deje que se queden atrás estas iniciativas cada vez más necesarias, y que siempre tengan la atención, visibilidad y la ayuda que merecen. Porque, por encima de tradiciones ancestrales que en el fondo no dejan de tener un componente accesorio, son estas acciones la materia misma sobre la que construyen las principales devociones. Como la mirada inocente de esas personas que, mañana, nos miraran sonrientes y confiados desde los ojos de su Virgen.

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