Dos poetas andaluces distintos y de hoy

DIAS pasados nos ocupábamos en este espacio de dos libros de poetas andaluces de hoy: Antonio Luis Baena y Francisco Toledano. Y hoy volvemos a la misma temática, a glosar dos libros de poetas andaluces de ahora, porque la poesía andaluza es en manantial que no cesa, como la tradición manda.

Los libros de poemas que tenemos la satisfacción de divulgar son los siguientes: “Designio de un rival” (Anfora Nova, Córdoba, 2012) de Jacobo Meléndez, y “Charadas” (Endymión, Madrid, 2012) de Francisco Quintero. Dos poetas de distintas promociones, que dan razón de la continuidad de la poesía del sur.

Jacobo Meléndez, nació en Córdoba, en 1928. Ya tenía en su haber los títulos siguientes “Pasión arraigada” y “Sombras de ayer”. “Designio de un rival”, es por la tanto su tercera entrega. Y lo abre una cita de Luis Cernuda: “Al pie de las estatuas por el tiempo vencidas…Muero y renazco siempre”. Es el designio del poeta, indiscutiblemente. Y por ello todo poeta se sumerge en la meditación. Jacobo Meléndez así lo plasma en el poema “Enigma”, en el que leemos: “¿Mentira fue la juventud, que yace/ lo mismo que una estatua derrumbada/ sobre el antiguo césped?/ Iba creando un mundo sobre la áspera noche/ y ahora el gran aljibe de la luna/ le presta un agua sucia a lo que resta”. Jacobo Meléndez nos ofrece un poemario denso, en el que se mezcla la nostalgia con la meditación de la vivencia presente. Escribe: “”Es momento del personal balance”. En definitiva, un libro poético de gran entidad lírica y humana.

Malagueño de 1974, Francisco Quintero, premiado en diversos certámenes, cuenta con una abundante bibliografía en verso y prosa a partir del año 2000. Como todos saben, charada es el nombre del acertijo que consiste en adivinar una palabra a partir de algunas indicaciones sobre su significado. Un pasatiempo, pues. Y Francisco Quintero ha titulado “Charadas” a un libro de poemas exaltativo de la vida, de la vida que transcurre desde los íntimos sentimientos a la hermosura de un paisaje, porque su temática es sumamente variada. Javier Lostalé le ha puesto un penetrante prólogo, concluyendo: “La poesía de Francisco Quintero encierra una visión total del mundo desde la fuerza primigenia, no exenta de turbulencias, del amor (…) Un proceso del que no pueden estar ausentes ni la vejez ni la muerte”. Como muestra de su pasatiempo y quehacer gustoso, he aquí el poema “La verdad”: “Nadie oye la verdad que me atormenta/ y nada silencia la risa de este momento,/ se callan por miseria las palabras/ y enamoro caudales sin encanto./ Quiebra el aire la razón/ que disfruta cruel, la inmunda codicia”.

Jacobo Meléndez y Francisco Quintero, dos poetas distintos y verdaderos, poetas andaluces de hoy.