¿Siempre fue el primer lunes de Cuaresma el Vía Crucis de las Hermandades?

Jerez íntimo

El Vía Crucis de las Hermandades, una convocatoria señalada para el Jerez cofrade.
El Vía Crucis de las Hermandades, una convocatoria señalada para el Jerez cofrade.

10 de marzo 2025 - 04:00

Por el calendario de estos hodiernos tiempos de la millennial generation damos por hecho que el Vía Crucis de la Permanente del Consejo es un acto venido a menos sólo en cuanto a asistencia de público fiel (en cuya presentación estética se esmeran con conocimiento de causa -y brillantez de resultados- las mayordomías de las Hermandades designadas), aunque veces estuviera sujeto a arbitrios organizativos no consolidados -en tanto cambiantes- de un año al subsiguiente. Por el régimen antiguo, los Vía Crucis del Consejo Directivo de la Unión de Hermandades suponían actos multitudinarios de calles repletas de cofrades -tal acto piadoso de masas-. ¿Signo de los tiempos? Jerez, eso sí, siempre ha sabido integrarse en el cortejo de esta convocatoria cuaresmal haciendo uso de una elegancia marcada por el azul oscuro casi negro. O por el negro tizón directamente. Tal como el verso de Manuel Machado, “siempre de negro hasta los pies vestidos”. Y jamás ataviados del traje blanco del gran Gatsby. Si las matemáticas de la nostalgia completaran un cuadro Excel con los años de cada Vía Crucis de las Hermandades, a renglón seguido se rellenarían las casillas con la Imágenes Titulares de las sucesivas ediciones y, a modo de corolario complemento inmaterial, la nómina de destacados cofrades asistentes que ya hoy no se encuentran habitando este informatizado mundo de los vivos ahora acunado entre la irrealidad virtual y la inteligencia artificial. La lista de los ausentes no cabría en un documento Excel al uso. Los muertos de las Hermandades continúan vistiendo los abrigos largos en las frías noches de recuerdos del primer Lunes de Cuaresma…

Enumeremos algunas curiosidades al respecto. Hoy preside nuevo el Vía Crucis de las Hermandades el Santísimo Cristo de la Coronación. Ya lo hizo en el año 1993, concretamente el 1 de marzo. Días antes de la celebración del acto había sido cesado el Consejo de la Unión de Hermandades presidido por el ejemplar e inolvidable cofrade Manuel Piñero Vázquez. El porqué de la renuncia daría para ríos de tinta cuyo caudal, es decir: espacio necesario, resulta hoy insuficiente. El desconcierto y la incertidumbre prevaleció en las expectativas del Jerez cofradiero. Y hasta se abrieron interrogantes frente a una posible suspensión de esta tradicional cita del primer lunes de Cuaresma, en tanto se trata de una convocatoria organizada por el Consejo entonces, y contra todo pronóstico, in extremis inexistente. Sin embargo el obispo Rafael Bellido Caro estableció la continuidad sobre lo previsto -e incluso él mismo presidió esta manifestación de Fe tras las andas del Señor coronado-. La multitud enseguida fue una realidad alrededor del Sagrado Titular de tan clásica cofradía del Domingo de Ramos. Un acuciante compañero de la noche fue el frío. 2 grados que pelaban. Parihuela cedida por la Hermandad de las Angustias. Según me recuerda el destacado cofrade jerezano Jesús Lucena, el Cristo lucía clámide de terciopelo rojo, liso, y en las esquinas de las andas figuraban cuatro faroles cedidos para la ocasión por el Cabildo Catedral.

El primer Vía Crucis oficial de la Unión de Hermandades -y que tuvo su origen oficioso en el que organizaban los Luises- estuvo presidido por una Imagen que arrastra miles de devotos en la ciudad: el Santo Crucifijo de la Salud. Corría el año 1981 y cofrades como Pedro García Rendón, Rafael Cruz Molins o Enrique Hernández Patiño estuvieron atentos a todos los detalles. Fue entonces cuando nace la apuesta por el primer lunes de Cuaresma, a semejanza de la usanza de Sevilla. Esta opción no se consolidaría hasta años mas tarde. Paradójicamente, al año siguiente, 1982, la designación recae en el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, con los Paco Núñez y Pepe Montoro en plenas facultades dirigentes. ¿La fecha? 9 de marzo de 1982, martes de la segunda semana de Cuaresma. Sería la portentosa imagen del Señor de la Vía-Crucis, en 1983, la elegida. Corporación franciscana presidida por el recordado Pepe Pérez Raposo. Vistió al Señor, para tan señalada ocasión, el inolvidable Manolito Guerrero Ramos. Este Vía Crucis tuvo lugar el 8 de febrero, primer viernes de Cuaresma. 1984: Santísimo Cristo de la Expiración, coincidiendo con el Año Santo de la Redención. Se convoca para el Miércoles de Ceniza: esto es: 7 de marzo. Elección de una jornada que se mantuvo en los ulteriores cursos cofradieros: Santísimo Cristo de la Defensión (1985) y Señor de las Tres Caídas (1986). Para el del Cristo de la Lanzada, en 1987, se fijó el primer viernes de marzo.

El año 1988 marca un antes y un después en cuanto a la propuesta de una jornada fija. A petición del obispo Bellido Caro se acuerda reservar la semana siguiente al Miércoles de Ceniza para las conferencias cuaresmales que se impartían en la Santa Iglesia Catedral. Así como estas ponencias comenzaban el martes, se procedió a fechar el Vía Crucis de las Hermandades el primer lunes de Cuaresma de manera ya definitiva. Y tan que así ha venido sucediendo -salvo dos excepciones: el del Cristo de la Esperanza en el año 2011 (aplazado por lluvia al miércoles de la segunda semana de Cuaresma) y el del Cristo de la Defensión de 2013, enmarcado por primera vez en un sábado del calendario cuaresmal-. ¡Ojalá el tiempo acompañe esta tarde y la lluvia, esa intrusa que no cuenta con invitación personalizada, brille por su ausencia!

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