Luis Carlos Peris

¿Sería de recibo un 'lock out'?

desde mi córner

Aun asistido de argumentos de todo tipo, un paro de la patronal del fútbol sería de difícil comprensión pública

09 de agosto 2012 - 01:00

TODOS tienen razón a la hora de esgrimir sus argumentos y ninguno la lleva cuando la cosa puede desembocar en un paro. Un lock out a estas alturas sería poco comprendido por una clientela que tiene en el fútbol una especie de paliativo con el que aparcar el sufrimiento por lo que se está pasando. Pero, ¿sería totalmente ilógica una huelga de la patronal? Pues no lo parece, ya que la situación que viven algunos clubes, y no hablo sólo de los horarios y ni siquiera de los desfases en los derechos televisivos, puede ser como la punta de un dramático iceberg que provocaría una catástrofe económica incomensurable para el ramo.

Son astronómicas las cantidades que el operador de turno debe a alguno de sus patrocinados y, para más inri, estos pufos no recaen precisamente en los más beneficiados con los derechos televisivos. Me temo que estas deudas puedan ser el principio de un estado de cosas que haría inviable este fútbol que, aun con sus desigualdades y decisiones erráticas de la Liga de Fútbol Profesional, ahora vivimos. Y todo se agrava cuando vemos cómo esos operadores que tan alto pusieron el listón de los dineros pasan hoy las grandes duquelas en pos de la supervivencia. Operadores abocados a expedientes de regulación de empleo por doquier para un futuro que se ve negrísimo.

Tiene que revertir la situación de forma que lo primero de todo es la pacificación en la convivencia de Mediapro y Sogecable. Mientras esto no ocurra, el curso de la temporada estará lleno de incidencias y de anormalidades que pueden hacerla inviable. Siempre vimos esta bicefalia televisiva como altamente nociva para el futuro de un fútbol de funcionamiento normal y ahora se está viendo con nitidez. Faltan nueve días para que el balón eche a rodar y, un agosto más, la sombra de una huelga llena de nubarrones estas vísperas. Y no es huelga, sino un lock out que sería de difícil comprensión para una población inmersa en la crisis más profunda que se recuerda.

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