Alto y claro
José Antonio Carrizosa
El desencanto
Tribuna libre
Desde el advenimiento de la democracia, nuestra ciudad ha ido consolidando su ciclo festivo tradicional e incorporando nuevas iniciativas que poco a poco van echando raíces entre los ciudadanos. Por citar sólo algunas, baste señalar como las fiestas de Navidad y Reyes, las Fiestas de Otoño o, a otra escala, la Fiesta de San Antón, han encontrado su hueco entre otras de mayor arraigo como la Feria del Caballo o el conjunto de manifestaciones que se agrupan en torno a la Semana Mayor.
Desde otra perspectiva mucho más modesta y con otro enfoque más ligado a la exaltación de valores cívicos y a la participación colectiva de los jerezanos en una "causa noble" como pocas, proponemos la recuperación, de una vez por todas, de la Fiesta del Árbol para que se incorpore al ciclo festivo de la ciudad.
De gran arraigo en otras épocas, la Fiesta del Árbol fue a finales del siglo XIX y durante el primer tercio del XX, una iniciativa de marcado carácter cívico. Nacida en EE.UU. en 1872 (si bien en nuestro país, como hizo constar Joaquín Costa, hay antecedentes similares en Villanueva de la Sierra, Cáceres, en 1805), la Fiesta del Árbol se extendió por todo el mundo en apenas dos décadas, celebrándose en Madrid por primera vez el 26 de marzo de 1896 con el patrocinio de la Casa Real. Al objeto de contribuir a su fomento y a los valores que de ella se derivaban, se declaró obligatoria su celebración anual por Real Decreto de 5 de enero de 1915.
Nuestra ciudad fue pionera en la celebración de esta fiesta. Por acuerdo capitular de 19 de noviembre de 1897 se instituyó la Fiesta del Árbol, que tuvo lugar por primera vez el 10 de febrero de 1898. En aquella ocasión mil escolares de las catorce centros educativos con los que contaba entonces Jerez, se concentraron con sus maestros al frente, en la Plaza de Alfonso XII (Arenal) para marchar después hasta los terrenos del Campo de Instrucción (Parque González Hontoria). Tras ser recibidos con toda solemnidad por el alcalde de la ciudad, D. José Oronoz y Clemente por el Abad Arcipreste D. José Rodríguez Madera, se procedió a la plantación de 500 plátanos orientales, como primer paso para la creación de un gran parque. A cada niño se le entregó un saquito con el almuerzo, preparado por "el acreditado Restaurant de Los Cisnes”, conteniendo “…dos trozos de Rosbik, uno de jamón, dos de queso de bola, un pastel, una rosca grande, una naranja, media docena de galletas y una botella de vino, de cabida de dos copas, de una de las mejores marcas de los Sres. González Byass cuya botella va envuelta en su papel marcado y su funda correspondiente".
La prensa local no escatimó elogios al papel del Ayuntamiento que “acogiendo bajo su protección la Fiesta del árbol, como cumple á su misión tutelar, merece cumplida alabanza”. Destacaba igualmente que Jerez se iba sumando así a “una Fiesta que va tomando carácter cosmopolita en los países civilizados. ¿Qué nación no se afana con la simbólica Fiesta del Árbol?”. La Fiesta del árbol fue un éxito de participación popular, a la que asistieron 20.000 personas, según recogen las crónicas del diario local, que destacó también la generosa contribución del presidente de la comisión organizadora, D. Luis de Ysai y Lacoste quien invitó ese mismo domingo a los Directores y Auxiliares de las Escuelas “a un lunch en su preciosa quinta titulada El Retiro". La fiesta se mantuvo durante muchos años a lo largo de la primera mitad de siglo, celebrándose después de manera intermitente hasta que terminó por desaparecer.
En 1997, con el pretexto de la cercanía del Centenario de la celebración de aquella primera Fiesta del Árbol, quien esto suscribe publicó un artículo en los diarios locales animando a su recuperación con motivo de dicha efeméride. Unos meses después, junto a mi amigo, el profesor Juan Cabral Bustillo, presentamos un proyecto al Ayuntamiento con la fundamentación de dicha Fiesta y con un amplio programa de propuestas para su recuperación. La idea fue acogida de inmediato tanto por el alcalde D. Pedro Pacheco, como por el Concejal de Medio Ambiente, D. Luis Silva, y a lo largo de los meses que faltaban para la celebración del Centenario fuimos trabajando junto a los técnicos municipales (con la coordinación de D. Remo Oliver y D. J.A. Márquez) en el desarrollo de las numerosas iniciativas que se llevaron a cabo, con la pretensión última de dar a la vez el empujón de salida a la recuperación de esta Fiesta. Charlas y conferencias, Visitas guiadas, Cursos de formación para el profesorado, Jornadas técnicas de formación para profesionales de la jardinería, Exposiciones, actuaciones de la Banda Municipal que recuperó las partituras del himno del árbol, Concurso de fotografía del Plan Prometeo, Plantaciones participativas por vecinos y centros escolares (8), carteles y folletos, un Boletín dedicado al árbol, plantación simbólica de especies singulares en el Parque G. Hontoria, donde se colocó también un monolito recordando el centenario… Una larga lista de actividades que a lo largo de la primavera fueron teniendo al árbol en la ciudad como protagonista. En los años posteriores se siguieron realizando muchas de estas iniciativas que, con el paso de los años, se limitaron a las plantaciones en los centros educativos y a alguna actividad aislada, perdiéndose aquel impulso inicial que prometía consolidar y afianzar de nuevo la Fiesta del Árbol en nuestra ciudad.
Hoy, más que nunca, somos muchos los que queremos que Jerez vuelva a contar con la Fiesta del Árbol y que ésta forme parte de ese ciclo festivo al que anteriormente aludíamos. Sin embargo, cuando volvemos a proponer esta idea no estamos defendiendo un nuevo 'día de...' o un acto puntual. La Fiesta del Árbol debe ser ante todo una fiesta cívica, un hermoso pretexto que sirva de cauce de participación a todos los ciudadanos y colectivos interesados en la defensa de los valores medioambientales. No hablamos sólo de plantar árboles, de velar por su desarrollo, de cuidarlos, de multiplicar su presencia. Con ser esto importante, se trata esencialmente de hacer una apuesta solidaria por el entorno, de enfatizar todo lo relativo a la "cultura del árbol". La Fiesta del Árbol que proponemos para nuestro tiempo está alejada de los estereotipos al uso (ya saben: fotos de prensa el día "d" en las que el alcalde o alcaldesa de turno, el concejal de turno, el político o famoso de turno... echa la palada de tierra junto al árbol en el boquete que le tienen preparado). Frente a esto (o si no queda más remedio, junto a esto) se precisa, sobre todo, el concurso de las personas comprometidas con la ciudad, con el entorno, con los valores medioambientales y, en definitiva, el apoyo de todos aquellos que quieran manifestar su solidaridad anticipada con las generaciones que han de venir, con su derecho a disponer de un medio urbano y natural en las mejores condiciones posibles.
Por esta razón, la Fiesta del Árbol que proponemos recuperar no tiene como referente exclusivo el entorno urbano, sino que tiene puestos sus horizontes en contribuir a la reforestación paulatina de nuestros montes, a la repoblación progresiva de las vías pecuarias, a la restauración de nuestras riberas, a la necesaria regeneración de los parques periurbanos, a potenciar una mayor presencia del árbol en el medio rural, a invertir en suma, los perniciosos efectos que tantos siglos de fuego y hacha y ahora de desprecio han causado en nuestro patrimonio natural y en nuestro entorno. La Fiesta del Árbol que proponemos recuperar no es un evento puntual que limita a un día sus actuaciones, sino un proceso de trabajo a lo largo del año, un proyecto colectivo que se desarrolla de manera permanente a través de iniciativas diversas que no hay que descuidar, aunque simbólicamente el protagonismo se manifieste en un día señalado.
La Fiesta del Árbol debe ser también una fiesta, una fiesta popular y participativa: en su diseño, en su preparación, en su desarrollo, en su continuidad. Aún siendo necesario que la organización de la misma recaiga en manos de las instituciones locales que cuentan con medios para garantizar su puesta en marcha y celebración, sólo el compromiso de la sociedad civil, la vinculación a la Fiesta y al espíritu que simboliza de los ciudadanos y colectivos de Jerez, pueden llegar a darle sentido y a consolidarla en el tiempo. En Jerez, contamos además con grupos y asociaciones preocupados por mejorar todo lo relacionado con el arbolado urbano y que hace meses han presentado a la Sra. Alcaldesa un estudio en el que se analiza la situación y se plantean propuestas de mejora. Propuestas que, dicho sea de paso, parecen haber caído en saco roto. Como ha caído también el proyecto presentado en diciembre pasado por diferentes colectivos, centros escolares y vecinos de la zona Delicias, para llevar a cabo una serie de iniciativas en el Parque José Antonio Márquez Rosado que, con el pretexto del 125 aniversario de aquella primera Fiesta del Árbol, que se cumple ahora, pudieran impulsar otras iniciativas relacionadas con una mejora de la gestión del arbolado urbano. De nuevo y otra vez una lamentable “callada” por respuesta por parte del Ayuntamiento a las asociaciones y a los centros escolares solicitantes. Al menos, a título casi simbólico, Ganando Jerez va realizar este próximo domingo día 12 de febrero en el parque de El Retiro, distintas actividades en las que se recordará el espíritu de aquella Fiesta y con las que se quiere también trasladar a la ciudadanía el importante papel que juega el árbol en la ciudad.
Por nuestra parte, no desistimos y por todas las razones expuestas, hoy, más que nunca pedimos la recuperación de la Fiesta del Árbol. Hoy 8 de febrero de 2023, justo 125 años después de aquel mismo día de 1989 en el que la ciudad de Jerez fue una de las primeras de España en instituir aquella feliz iniciativa.
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