She loves Lugano

Por montera

07 de agosto 2025 - 03:05

Tengo una amiga a la que le espanta el calor. Es financiera, inversora, y siempre anda su cabeza sin saber exactamente si debe dar la hora de Madrid, de Londres, de Nueva York o de Tokio, cuyas Bolsas conoce como las rayas de su propia mano. Cincuenta y tantos años, una señora guapa, atractiva, morena de pelo largo, facciones pronunciadas, muy independiente y femenina, nada dada a ningún tipo de victimismo ni a usar su condición de mujer para obtener beneficio alguno, algo que le horrorizaría aún más que el verano que tanto teme. La he visto defender a los hombres con ahínco. Siente debilidad por los perros y los gatos, por los animales en general. Conservadora en el vestir, liberal de pensamiento y obra, le he conocido varias parejas, siempre más jóvenes que ella. Cuento todo esto para que nos hagamos una idea aproximada de su carácter fuerte, alegre, sensible y batallador. No entiende por qué se permite el movimiento okupa, no asume que los señores anden en pantalón corto y con riñoneras y no concibe unos padres permitan en un restaurante que sus hijos berreen como ciervos en Jaén durante el otoño. Y el cine, que le permite escapar no sé de qué pasado. Porque hay algo de huida obsesiva en la manera en que conoce desde el cine primero, de los Lumière, hasta el actual, con repartos y direcciones novísimas. No incurre en renuncio aunque le saques el tema del cine francés, italiano o japonés. De hecho, Kurosawa es, para ella, una especie de santo que pasó por este mundo bendiciéndonos con sus películas. Entre sus debilidades están Clint Eastwood, Sophia Loren o Peter Sellers, con el que se casaría, dice. En verano, procura quitarse del medio cuanto puede. Su sitio es Lugano, en Suiza, donde debemos buscarla si queremos verla en agosto. Me envía fotos del Monte Brè o de San Salvatore, y siempre me añade una cifra, que jamás supera los 26 o 27. Es la temperatura. Ella vive ese mes como una victoria sobre el calendario y el clima. En Lugano, con su novio de turno, pasa el mes viendo cine de todas las épocas. La intuyo ahora, con una manga, perdida en Billy Wilder o John Houston, y con un señor cuarentón que no deja de hacer palomitas. No sé si es cierto eso que se repite tanto de que siempre ha habido clases, pero esta mujer, a mí, me parece pura aristocracia.

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